Al final se supo. En cuanto al derecho de los periodistas a mantener en reserva la identidad de sus fuentes de información, los periodistas de los EE.UU están bastante poco protegidos.
Recordarán que en 2005 el mundo se escandalizó cuando la periodista Judith Miller -en ese momento del New York Times- pasó 85 días en prisión por proteger a su fuente de información en una dudosa noticia en la que se reveló el nombre de un agente de la CIA.
Todo olía a operación de prensa desde el Gobierno. Al final, la periodista reveló quién era su fuente de información. Miller prestó testimonio contra Scooter Libby, ex mano derecha del vicepresidente, quien está acusado de "obstrucción a la justicia".
Explica un cable de Télam:
Hay muchas cosas para decir sobre este tema. Aguarden el próximo boletín.
Recordarán que en 2005 el mundo se escandalizó cuando la periodista Judith Miller -en ese momento del New York Times- pasó 85 días en prisión por proteger a su fuente de información en una dudosa noticia en la que se reveló el nombre de un agente de la CIA.
Todo olía a operación de prensa desde el Gobierno. Al final, la periodista reveló quién era su fuente de información. Miller prestó testimonio contra Scooter Libby, ex mano derecha del vicepresidente, quien está acusado de "obstrucción a la justicia".
Explica un cable de Télam:
"Miller declaró que la primera conversación tuvo lugar el 23 de junio del 2003, cuando Libby le dijo que Plame, esposa del ex embajador Joe Wilson, trabajaba para los servicios secretos externos estadounidenses. La identidad de Plame fue filtrada a la prensa, arruinando de esa manera su carrera como agente secreto, al parecer como parte de una venganza de funcionarios del gobierno contra Wilson, por haber hecho declaraciones públicas contra la invasión de Irak.
Dos semanas después de la primera conversación, añadió Miller, el ex alto funcionario le dijo que Plame trabajaba en la sección armas de destrucción masiva, un área interna de la CIA. 'Me dijo que trabajaba en el 'bureau', y entendí enseguida que hablaba de la CIA', dijo la periodista. El ex funcionario, dijo Miller, 'parecía agitado, frustrado, enojado'.
Estaba preocupado, dijo, por la posibilidad de que la CIA estuviese dando marcha atrás de sus primeras evaluaciones sobre las presuntas armas de destrucción masiva en manos del entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, las cuales nunca fueron encontradas después de la invasión.
Libby creía que la CIA estaba detrás de una 'guerra perversa de fuga de noticias'.
Ambos volvieron a hablar el 8 de julio, cuando Libby dijo que existía "bastante información" para sostener la tesis de que Hussein había buscado conseguir uranio en Nigeria, una versión que fue rechazada por Wilson -después de una misión diplomática en el país africano- en un artículo de opinión en el New York Times.
El artículo habría sido el desencadenante de la operación para desenmascarar a Plame y vengarse así de Wilson, se especula en Washington.
En la tercera conversación, la periodista le dijo a Libby que no pensaba escribir sobre la identidad de Plame, lo que finalmente hizo Novak".
Hay muchas cosas para decir sobre este tema. Aguarden el próximo boletín.