Lunes por la noche. En la tele, una película de abogados fuera de foco en MGM (este canal suele tener películas fuera de foco) y el debate demócrata en la CNN en español, que me recuerda que me sacaron la CNN y la BBC 'en inglé' y me hace sentir levemente en Somalía.
Anyway...
Opté por el debate demócrata (aguante Edwards) pero en el interín, a fin de evitar los espasmos verbales de la traductora, me fui al Internet dónde me interioricé de este fantástico debate en el Criador de Gorilas (¿por qué tanto anonimato en un foro de 'debate público'?) Allí debatía el Criador (andá a saber quien es, pero se nota que es un tipo formado) y Roberto Gargarella sobre los límites de la democracia deliberativa y el -posible- rol que los tribunales podrían jugar en ella.
Muy interesante el debate -le vamos a RG- y el legítimo cuestionamiento de los jueces en virtud de su escasa representatividad democrática.
Con esto se relaciona esta entrada en el blog de la Universidad de Chicago sobre la orientación política de los jueces. Aparentemente, estudios empíricos demuestran que la posición política incide en cómo votan y deciden los casos judiciales. Como la orientación política se divide en EE.UU (parece) a dos aguas, la ecuación es simple: si el juez es republicano, es pro empresa, anti trabajador y anti agencias regulatorias (tipo esos zurditos de la EPA). Claro que si es demócrata es un talibán de los trabajadores, anti empresas -es un commie- y pro big government.
Dejo planteada para la posteridad mi duda respecto de estas estadísticas. Lo curioso, es que el buscar remedios a la parcialidad judicial no es la única solución posible. Algunos ven que esta situación puede tener efectos beneficiosos.
Claro, esto en términos generales. ¿Y la igualdad ante la ley, y la justicia de la decisión concreta? ¿La única decision correcta?
Pero no nos pongamos metafísicos.
Anyway...
Opté por el debate demócrata (aguante Edwards) pero en el interín, a fin de evitar los espasmos verbales de la traductora, me fui al Internet dónde me interioricé de este fantástico debate en el Criador de Gorilas (¿por qué tanto anonimato en un foro de 'debate público'?) Allí debatía el Criador (andá a saber quien es, pero se nota que es un tipo formado) y Roberto Gargarella sobre los límites de la democracia deliberativa y el -posible- rol que los tribunales podrían jugar en ella.
Muy interesante el debate -le vamos a RG- y el legítimo cuestionamiento de los jueces en virtud de su escasa representatividad democrática.
Con esto se relaciona esta entrada en el blog de la Universidad de Chicago sobre la orientación política de los jueces. Aparentemente, estudios empíricos demuestran que la posición política incide en cómo votan y deciden los casos judiciales. Como la orientación política se divide en EE.UU (parece) a dos aguas, la ecuación es simple: si el juez es republicano, es pro empresa, anti trabajador y anti agencias regulatorias (tipo esos zurditos de la EPA). Claro que si es demócrata es un talibán de los trabajadores, anti empresas -es un commie- y pro big government.
Dejo planteada para la posteridad mi duda respecto de estas estadísticas. Lo curioso, es que el buscar remedios a la parcialidad judicial no es la única solución posible. Algunos ven que esta situación puede tener efectos beneficiosos.
If the judiciary is ideologically diverse, the ex ante effect of biased judging on legislation should be politically neutral; and even if it is not, the main effect should be to ensure that legislation is socially beneficial, as legislators will need to be careful about enacting laws that injure the constituency of opposite-party judges.
Claro, esto en términos generales. ¿Y la igualdad ante la ley, y la justicia de la decisión concreta? ¿La única decision correcta?
Pero no nos pongamos metafísicos.
2 comentarios:
Y si... no nos pongamos metafísicos porque no existe UNA decisión correcta! Cuando la función de los jueces era encontrar esa entelequia, existia todo el cuento de la "sacralidad" o el "sacerdocio" de la justicia. Que, como mito, es válido para una sociedad teocrática, pero para una democracia laica y -en cierta medida- relativista es inconcebible.
Bueno, yo no adhiero ni dejo de adherir -todavía- a la teoría de Dworkin sobre el punto (lo puse a modo de 'provocación'). Pero de todas formas, me parece una posición interesante, q merece un análisis profundo (q de mi parte no encuentra tiempo).
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