Resulta muy interesante, desde un punto de vista casi sociológico, los posicionamientos hacia adentro del movimiento (histórico) de los derechos humanos. Me refiero a las organizaciones fundadoras, a quienes estuvieron dando la batalla desde el primer momento. A raíz del escándalo que todos conocemos. Línea Fundadora salió a aclarar la diferencia y a pedir que se investigue. Lo mismo Abuelas. Pérez Esquivel salió a recordar que el movimiento es más amplio y que no se agota en las madres (in fine). Si a esto le sumamos las internas del INADI, un organismo que ha tenido un papel positivo en la sanción de la ley de matrimonio igualitario y al que se han incorporado una enorme cantidad de gente valiosa que viene desde la sociedad civil, creo que tenemos suficiente material para hacernos algunas preguntas.
¿Cuáles son los riesgos de acercarte demasiado al gobierno de turno? ¿Cuál es el rol de la sociedad civil de cara a un gobierno amigable a tus demandas? La cooptación es un fenómeno sociológico que encontrás narrado en cualquier análisis para atrás de un movimiento social: pasa todo el tiempo, pasó y seguirá pasando. Según entiendo, la cooptación puede seguir caminos legítimos (satisfacer tu one issue agenda) o ilegítimos (comprar dirigentes). ¿Cuál es el riesgo de ser coopatado? ¿Es un riesgo? ¿O el riesgo es ser percibido como cooptado? Relacionado con ésta última pregunta, ¿en quien fundás tu capital simbólico? ¿Quién es tu constituency? Preguntas interesantes, me parece, para hacerse. Especialmente hacia adentro.
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