sábado, agosto 23, 2008

Aprendiendo Sobre Enseñar

Después de un par de semanas en Columbia, estos son los primeros apuntes respecto de la enseñanza del derecho en los Estados Unidos.

1. El curso que estoy haciendo se llama Comparative Introduction to American Law y lo da George Fletcher, un respetadísimo académico en el ámbito del derecho criminal. El curso busca enseñar a estudiantes de países que vienen de una tradición del derecho civil aspectos elementales del common law que en las escuelas de derecho de acá se enseñan durante el primer año de la carrera. Estos contenidos básicos son derecho constitucional, propiedad, contratos, derecho criminal y algunos desarrollos importantes de la teoría jurídica local como el movimiento de law and economics.

2. Las primeras clases estuvieron realmente geniales. Fueron contenidos bastante elementales de derecho constitucional, pero estuvieron muy buenas. Cuando empezamos a hablar de propiedad y contratos, temas en los que el profesor no es especialista, el interés se desvaneció un poquito. Si bien es sumamente interesante entender cómo se desarrollaron los derechos reales en los países del common law, ciertamente no es apasionante, al menos para mí. La semana próxima arrancamos con derecho criminal. Esperamos ansiosos las clases de Fletcher sobre el tema.

3. Más allá de los temas en sí, las clases sirven de práctica para acostumbrarse al estilo de enseñanza norteamericano, bastante diferente a lo que yo vi en la Argentina. Digo sirven de práctica porque, si bien es una materia que da créditos y hasta un writing credit (son necesarios dos para graduarse), yo decidí dar un exámen de opt out que aprobé, por lo que liberé estos créditos con la intención de usarlos en algúna otra clase más relacionada con los temas de mi interés.

4. La diferencia fundamental no está en el aula, sino antes. Tenemos una detallada lista de lecturas que hay que leer antes de ir a clase. El famoso método socrático es bastante duro, más cuando se está en una clase con aproximadamente 200 abogados de más de 50 países y uno tiene esa loca tendencia de aborrecer el ridículo. Todos tenemos cartelitos con nuestros apellidos y micrófonos cerca. El nivel de participación se determina por el lugar el aula en el que nos sentamos. Cuanto más cerca del profesor, más posibilidades hay de que se salga con una pregunta del estilo “Mr. Ugarte, ¿podría explicar cuál era la cuestión a resolver por la Corte en el caso McCulloch v. Maryland?“ (una que sepamos todos). Y no hay tiempo de pensar mucho, es cuestión de responder bien y en el momento. Si no se pasa a otro y te quedás colgando. La otra forma de participación es la voluntaria: si leíste, querés participar de la discusión que se desarrolla. Para algo todos somos abogados.

5. A decir verdad, las preguntas del profesor no son muy diferentes de las que hacemos en la cátedra de Constitucional en la que estoy (estaba, estaré) en la UBA. La diferencia fundamental es que los alumnos allá, casi nunca leen lo que tienen que leer. ¿Será la falta de case books al estilo yanqui? Estos libros fundamentales en la mayoría de los cursos de base consisten, básicamente, en versiónes un poco facilitadas de los fallos que forman parte del programa. ¿A los alumnos los complicará tener que leer fallos directamente de su fuente original? Acá ese es un tema: leí en algunas evaluaciones de cursos realizadas por estudiantes que, por ejemplo, en una materia de propiedad intelectual, no había case book y todas las lecturas eran de fallos originales. Algunos consideraban eso como algo negativo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda que el método de estudio en los EE.UU. es muy superior al que aplicamos en la Argentina, donde solemos ir por detrás de los profesores (como si la Universidad fuese simplemente una continuación del colegio secundario).
Por suerte este año me han tocado docentes que constantemente nos informan sobre los temas que vendrán y nos recomiendan las lecturas específicas. Es la primera vez que me sucede, y estoy en el último año de Abogacía!

Desde ya les estoy sumamente agradecido a ellos por el estímulo.

Atentamente,
Francisco José Bearzotti
Desde Córdoba, UNC