jueves, agosto 20, 2009

194 Chicos

Ayer se conoció la sentencia por el caso Cromañón, dónde murieron 194 chicos como consecuencia de una larga serie de errores, fallas y calamidades cometidas voluntaria e involuntariamente por los gerenciadores de un local, por policías corruptos, por funcionarios ausentes o cómplices, por rockeros descerebarados y fanáticos irremediablemente inconscientes. Las condenas fueron duras, durísimas, como bien explica Gargarella.

Pero las condenas no calmaron (¿cómo podrían?) a los familiares. No fue un bálsamo liberador, tal vez por la cuestionable falta de reproche a los miembros de la banda. Pero la reacción posterior al fallo muestra los borrosos límites de lo que normalmente se entiende por Justicia y la venganza. Ayer, quienes vimos la sentencia por televisión, tuvimos el triste privilegio de ver como un grupo de familiares atacaba a golpes a un chico aparentemente fan de la banda. Alguien gritaba: "¡Matálo, matálo!", mientras otro le pegaba con un palo, de punta, como quien caza un pez con una lanza.

Y estos chicos fanáticos de la banda merecen un párrafo aparte. Tuvieron la inoportuna idea de festejar el fallo saltando, bailando y con banderas de la banda no condenada. Les faltó prender bengalas.

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