viernes, agosto 03, 2007

Suban, Struchen, Bachen

No lo puedo creer. ¿Será que viven en una de las ciudades más dinámicas del mundo, con una movida cultural de vanguardia y cruzada por toda la historia del siglo XX? ¿Será por eso que no tienen tiempo de mirar a otros países para ver lo que podría pasar?

Estas reacciones son las que tuve cunado leí en Der Speigel que las autoridades alemanas están pensando en privatizar la red nacional ferroviaria, la prestigiosa Deutsche Bahn (que hoy tiene una forma jurídica privada, pero con el cien por cien de las acciones en manos del Estado). El plan de privatización busca poner a la venta el 49 por ciento de las acciones y hacer una oferta pública con un 25 por ciento de ellas.

Dicen en la revista alemana que "los (16) Estados (federales) podrían parar las intenciones de Berlin". Y es que hay fundado temor de que "darle mucho poder a la compañía sobre su destino podría poner fin a los servicios ferroviarios a lugares con baja población o zonas rurales".

Si bien tenemos geografías distintas, es imposible no pensar en los pueblos fantasmas de la Argentina, que sobrevivían gracias a la llegada periódica del tren. Actualmente, en nuestro país hay más de 1.300 pueblos de menos de 2.000 habitantes que están a punto de desaparecer.

Para muchos, la desaparición del tren fue el principio del final.

En este punto cabe preguntarse si existen en el mundo diferentes modelos de explotación de la red ferroviaria. Recuerdo la privatización de los trenes británicos, que tan bien funcionaban. El resultado fue puras críticas de los puntuales ingleses, quienes se quejaban de lo malo del servicio y el quiebre de horarios de salida y llegada.

Mucho ni quejarse pudieron luego de éste, éste o éste accidente post privatización.

O pienso en Armtrak, la empresa ferroviara de Estados Unidos. Allí, paraíso del liberalismo económico, los trenes son sostenidos por el Gobierno Federal.

Si alguien conoce de un sistema exitoso de tren nacional de gestión privada, por favor, que avise. Dudo que exista. Mi experiencia me dice que las mejores línes están en manos del Estado, y pongo como ejemplo a España, Francia y la misma Alemania.

El caso de Italia parecería una excepción. Muchos lo atribuyen a un problema endémico del que somos herederos genéticos. En realidad, el sistema es medio privado.

Probablemente, la gestión de transporte público sea un buen ejemplo de que el Estado, para algunas cosas, es irreemplazable. Incluso si da pérdidas, si llegar al último pueblito de la Patagonia no es cost efficient, el tren une poblaciones y conecta a la gente con el mundo.

La red ferroviaria es una red de cohesión social y territorial de países diversos, de grandes y pequeñas extensiones, ricos, y pobres.

¡A no olvidarlo alemanes!

(Queda así inaugurada la categoría de Urbanismo, un tema del que siempre quise escribir, ya que me apasiona).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ramiro, un ejemplo de sistema exitoso de gestión privada del transporte ferroviario es el de la Argentina desde 1850 hasta la estatización realizada por Perón.

Las famosas historias de trenes lujosos, puntuales y que se dirigían a todas partes del país pertenecen precisamente al período en que los trenes eran operados por capitales privados.

Por otra parte, la privatización del servicio urbano en la década maldita tuvo al principio buenos resultados (que no se mantuvieron por la alteración de los términos de los contratos, la presión corporativa de las empresas y las fallas en el diseño de la privatización). Allá por principios de los '90 recuerdo haberme sorprendido por la puntualidad de la línea Urquiza, desconocida hasta entonces.

El problema de los pueblos rurales no pasa por la ausencia del tren, sino por un federalismo mal entendido que ha empobrecido al interior del país y ha llevado a una sobrepoblación de la Capital y el GBA.

Anónimo dijo...

Sin embargo, cuando hablamos de trenes en Argentina pensamos más en Sarmiento que en británicos. Me parece que claramente había una política pública detrás del desarrollo del sistema ferroviario argentino, más allá de la propiedad del sistema en sí.

Por otro lado, yo tengo "fuentes contradictorias" respecto de tu segundo punto. Conozco mucha gente que, por ejemplo, me habla de que el subte no tenía atrasos y funcionaba mejor que ahora. De todas formas, estamos hablando de presunciones.

El tema para mi pasa por el hecho de que el tren muchas veces no es rentable. Si no es rentable, el sistema privado sólo se quedaría con las líneas que les den rentabilidad. Es lo lógico. Sin embargo, el tren, en la mayor parte del primer mundo, no es visto como un tema "económico" sino como una cuestión de vías de comunicación en la que el Estado invierte dinero que no recupera a través de las tarifas pero lo hace por una política pública. Basta con ver a Amtrak.

Y me parece que la concentración en Buenos Aires es el gran problema del federalismo argentino, si es que existe tal cosa, y parte de esa política unitaria se expresó en el abandono de las vías ferroviarias.

Finalmente, no creo que nos pongamos de acuerdo en esto. Tenemos puntos de vista muy diferentes: para mi, el desarrollo de la infraestructura de transporte tanto a nivel federal como a nivel local debe venir de una necesaria planificación central que le compete al estado y no puede ser dejado en manos de la "iniciativa privada" (como tantas otras cosas).

Un buen ejemplo de iniciativa privada en el TP es Venezuela, dónde no hay regulación alguna, los buses andan por dónde quieren, para ser taxi basta con ponerse un cartel, y el tránsito es un caos: para hacer 20 cuadras se tarda más de una hora.

Unknown dijo...

Esta muy bueno tu tema en mi colegio lo estamos viendo

Unknown dijo...

Y tambien AGUANTEEEE BOCAAAAAA

Unknown dijo...

MI PROFE DE EDUCACIÓN FISICA ME DIJO QUE SOS UN CHICO CON CARENCIAS FOERRRRTEEE