lunes, octubre 29, 2007

Problemas Del Primer Mundo

Después de las elecciones, un lindo problema que en el Primer Mundo existe y aquí -por ahora- es sólo un supuesto teórico. ¿Puede una empresa de teléfonos móviles negarse a prestar un servicio telefónico de SMS que quiere contratar una organización por el contenido del discurso?

Yo en principio diría que no, pero en EE.UU Verizon quiso hacerlo. A priori, diría que no por la 'neutralidad de punto de vista' que debería primar en las tecnologías de la comunicación.

Dijo el New York Times:

A fines del mes pasado, Verizon Wireless denegó un pedido de Naral Pro-Choice America, un grupo que lucha por los derechos reproductivos, para un 'código corto', unos pocos números que cualquier usuarios podría usar para suscribirse a una fuente de mensajes de texto. Verizon dijo que su política era rechazar mensajes de texto 'orientados por temas' de grupos que 'busquen promover una agenda o disistribuyan contenido que, en discreción, pueden ser vistos como controversiales (...) a alguno de nuestros usuarios'. La política también establecía que los candidatos políticas podrían recibir 'códigos cortos' si el contenido es, 'a la pura discreción de VZW, no orientado por temas o controvertidos por naturaleza".

Verizon Wireless dejó de lado la política. Pero Marjorie Heins explica mucho mejor por qué esa actitud puede violar las leyes de telecomunicaciones de EE.UU.

domingo, octubre 28, 2007

La Truchada De Las Encuestas

No se quienes son estos muchachos, pero se las arreglaron para mostrar muy bien para qué sirve la veda electoral. Bueno, es cierto que el proceso en la UBA es largo y tedioso, pero los carteles que colgaron en la Facultad hace algunas semanas dan muestra de que las encuestas -todas- son utilizables políticamente. Miren esta foto que saqué a la salida de un día de clases.



¿Ganaron? No. Pero trataron de arrebatar votos con una encuesta que -a nivel nacional- está prohibido difundir antes de que termine el acto comicial. No se cómo serán las normas internas de la facultad, pero...

jueves, octubre 25, 2007

Sobre El Orden En Los Debates

Una persona piensa. Dos personas conversan. Tres personas debaten. Cuatro personas gritan. Cinco personas no se oyen.

La discusión de ideas sólo puede darse en diferentes espacios públicos, términos entendidos en la forma más amplia posible. Estos ámbitos pueden ser de la más diversas características.

Así, un debate se puede producir a lo largo de días en cartas de lectores publicadas en diarios. O en cuestión de horas en bitácoras de Internet. Otros debates son cuidadosamente orquestados para ser transmitidos en vivo en el horario central. Otros son tan públicos como lo alto de las voces que vienen desde el fondo del bar, al lado de la mesa de billar que está rota.

Pero toda discusión pública sobre una asunto requiere algún grado de orden. La gente educada provee ese orden por propia voluntad, porque no le teme a las ideas extrañas sino que las mismas son parte fundamental de sus propias certezas: confirman su posición. La gente inteligente, además, las tiene en cuenta. La gente inteligente y humilde, sabe cuando cambiar de posición o al menos admitir matices en sus posiciones. En otras ocasiones, ese orden proviene desde afuera, muchas veces, de quienes organizan el debate.

Un principio clave de los debates ordenados es el de la "igualdad de armas". A nadie se le ocurriría que es legítimo que en un debate presidencial un candidato pueda hablar diez minutos frente a las cámaras y que otro candidato presidencial lo deba hacer desde la tribuna o con menos cantidad de tiempo. En el afan de mantener este principio, las reglas de los debates suelen ser de lo más estrictas.

Porque lo que se quiere incentivar es la expresión de las ideas racionales, y evitar los mecanismos no racionales de comunicación.

Todavía confiamos en el experimento del Gobierno democrático que se basa en la libre discusión de las ideas, la confrontación de las mismas y la decisión informada de los ciudadanos. Lo dijo el juez Holmes en el famoso caso Abrams v. United States (1919):

“[La Constitución] es un experimento, como todo en la vida es un experimento. Cada año, si no cada día debemos hacer descansar nuestra salvación sobre alguna profecía basada en un conocimiento imperfecto” .

Ahora bien. ¿Qué son las campañas electorales si no grandes debates espaciados en días? Al menos eso deberían ser: el hecho de que no lo sean es síntoma innegable de una serie de problemas que limitan y empobrecen al sistema del que estemos hablando.

Y si las campañas son debates, los mismos deben ser regulados. Ahí está la razón por la cual el Código Nacional Electoral establece tantas prohibiciones. O la causa por la cual se limitan las contribuciones de campaña a determinados máximos y se prohíben otras. Es la razón por la cual existe la llamada veda electoral, la prohibición de realizar actos partidarios el día del comicio, entre otras tantas.

Se podrá discutir si esta clase de medidas son eficaces o no en su intención de mejorar la calidad del debate democrático, pero soy de los que creen que es bueno que estas reglas existan. Hay quienes válidamente estiman lo contrario.

Sin embargo, el libre debate no es más libre por carecer de reglas que lo ordenen. En ciertas condiciones, puede convertirse en un griterío en el que sobresaldrá quien tenga la voz más fuerte. Este ejemplo típico de cafetín porteño puede ser trasplantado a la arena política moderna. Sólo que la fortaleza de las voces no se juzgará por su volumen, sino por otros elementos. El dinero es uno de ellos.

En política, quien más dinero tiene, más fuerte grita.

Esta es una realidad que busca ser controlada a través de distintos tipos de relgas que establecen límites a los gastos de campaña, espacios mínimos en televisión, etcétera. En Estados Unidos, estas reglas merecieron ciertas objeciones constitucionales de parte de quienes entienden (no sin toda lógica) que la forma en que uno gasta su dinero para realizar actividades comunicativas es algo en lo que el Estado no debe entrometerse.

Este argumento pierde de vista que, de aceptarse un principio absoluto en ese sentido, el libre debate democrático estaría dominado por los ricos. Y no creo que esa sea la intención de la Constitución (adecuadamente interpretada a través de los principios morales y éticos abstractos que contienen sus disposiciones concretas, para salvar previsibles quejas de los originalistas, si es que hay de esos por estas pampas).

Además, quien tiene más dinero tiene más encuestas. Esto es así porque, las encuestas son mediciones parciales que pretenden ser representativas de un determinado colectivo. Se hacen muchas encuestas. Se difunden las que quiere el cliente. Quien más dinero tiene, más encuestas puede hacer. Y difundir las que le arrojen mejores resultados.

Yo creo que mercería ser objeto de debate si las encuestas pre electorales satisfacen algún fin útil a la democracia. Están suficientemente probados los mecanismos psicológicos que en los individuos inclinan la balanza a favor de la opinión mayoritaria. Al respecto, puede leerse el imprescindible libro La Espiral del Silencio de Noelle-Neumann. Las encuestas son técnicamente cuestionables y políticamente utilizables. Yo me pregunto si un título como el de Clarín del domingo pasado es útil para la democracia (me pregunto otras cosas sobre Clarín, pero esa es otra historia).

Son los títulos sobre los que se construye la idea del resultado cantado, que puede ser real o no. ¿A quien beneficia ese clima? A quien va primero en las encuestas. ¿Quien va primero en las encuestas? Quien tiene más dinero. Es un círculo. Del tipo vicioso. ¿En qué se perjudicaría la democracia si el tiempo de reflexión en materia de encuestas se extendiera a dos semanas antes del acto eleccionario? ¿O el establecimiento de gastos fijos para todas las campañas?

En fin. Son preguntas sin respuestas definidas. Pero con la extraña sensación de que el domingo algunos van arriba de un tanque, y otros con piedras y piedritas.

Escribimos esto antes de ver el post de Gustavo semi relacionado a esto, al que linkeamos aquí mismo. Ya habíamos hablado sobre esto a raíz de las elecciones porteñas.

El Gran Diario Argentino

Dice hoy el DSD:

"Con su tapa de ayer, que llevó como título 'La oposición hará un control conjunto de las elecciones', Clarín culminó con 23 días sin publicar títulos principales negativos para el Gobierno en sus portadas. Según un relevamiento de DsD, el período en el que el matutino sólo publicó títulos centrales positivos o neutros abarcó desde el 1 de octubre hasta ayer, es decir casi todo el mes previo a las elecciones presidenciales. La última portada con título principal negativo la publicó el 30 de septiembre, cuando imprimió 'Sin avances por la papelera y hoy cortan la ruta del Mercosur'. La Nación, por su parte, mantuvo a lo largo del año un promedio de entre 3 y 4 tapas negativas para el Gobierno por semana. En los últimos 15 días, sin embargo, redujo esa negatividad y sólo publicó un título principal desfavorable al Gobierno por semana. Así, en el mes de los comicios, el diario editó cinco tapas negativas. Página/12 publicó su última tapa negativa el pasado 8 de septiembre. De allí en adelante, todas fueron positivas o neutras. Mientras que Ambito es el diario que mantuvo la negatividad informativa a lo largo de octubre. Desde el lunes 1° hasta ayer, el diario editó 14 portadas desfavorables, y sólo una tapa con título principal positivo".

¿Tendrá algo que ver que todavía no salió la aprobación de la fusión Cablevisión Multicanal?

Y yo me preguntaba por qué los seis más capos del diario se juntaban por horas alrededor de una computadorcita para definir la tapa...

jueves, octubre 18, 2007

Se Buscan Heroes

Cuando se anda con temas de libertad de prensa y de expresión es importante mantener siempre presente una cosa muy importante: las leyes, normas constitucionales y estándares judiciales que protegen y tienden a enriquecer el debate público son muy importantes, pero no son suficientes.

En materia de prensa y democracia, la libertad es tan sólo una de las caras de una moneda que en la otra exige heroes. Si, héroes. O al menos tipos/as con cojones.

No basta con tener la libertad de ejercer un buen periodismo, sino que se tiene que tener la voluntad de hacerlo. Y en un mundo tan complejo como es el de las fábricas de noticias que llamamos medios, esa voluntad no alcanza cuando sólo es individual. Las diversas investigaciones y teorías sobre la contrucción de la noticia han encontrado una enorme cantidad de factores que inciden en el proceso noticioso para determinar que el producto 'noticia' sea una cosa y no otra.

Dentro de esos elementos podemos destacar a los códigos de ética (o falta de ellos) dentro de las redacciones, los sueldos de los periodistas, el prestigio de éstos dentro de la sociedad, los grados de libertad (o falta de ella) dados dentro de una redacción, el ciclo noticioso, la limitación temporal, las rutinas de producción, la cantidad de empleados, etcétera. Son todos elementos que influyen de forma decisiva en cómo se hace periodismo.

A esto se suman normas y parámetros que se heredean de generación en generación como males congénitos. Una que se me ocurre ahora es la profundamente superficial cobertura del contrincante. Pueden encontrar ejemplos de este periodismo en cualquier diario por estos días. 'Pirulo cruzó fuerte a Mengano', 'Fulano salió a pegarle a (Cosme) Fulanito' o bien 'Duras críticas al plan de Pepito'. Hoy Clarín ofrece un ejemplo inmejorable de lo que digo.

Así, la política (léase el debate público sobre cuestiones públicas) es reducida al más vulgar espectáculo deportivo, y los actores de ese debate quedan atrapados en papeles de rústicos defensores u honrosos aspirantes al título. Y que suene la campana.

De poco sirve defender al periodismo libre si no va haber tipos con pelotas para hacer lo que hace falta. Y no me refiero a mandarse al centro del bombardeo que toca este mes. Simplemente, hacer las preguntas que hacen falta. No preguntar estupideces. Cuestionar, molestar, ser profundamente maleducado. No recuerdo quien dijo que desde el punto de vista ético, ser periodista es injustificable. Falso pero cierto. Si no se es molesto no se cumple un deber esencial, que es profundizar en lo que se dice. Si dice pavadas el entrevisado, decírselo.

Todo esto viene a cuento de algo que escribió Neil Richards, profesor de la WUS y ciudadano británico. Neil hizo referencia a una excelente entrevista captada en la BBC (¡cuando no!) realizada nada más y nada menos que Benazir Bhutto, candidata a devolver la democracia a Pakistán que hace un rato zafó de un terrible atentado en su país.

Neil critica con delicadeza inglesa al periodismo de Estados Unidos. En la entrevista, parece que el muchacho que hacía el reportaje fue muy duro con la política pakistaní, y eso que todos le tenemos simpatía.

¿Qué le preguntarías a una mina que quiere ser presidente de Pakistán? ¿Cuáles son tus plantes a futuro? ¿Que planea hacer si llega al Gobierno? ¡No! El periodista inglés va y le pregunta cómo diablos cree que una mujer moderada puede gobernar un país islámico cada vez más radical y fundamentalista. Y lo que pasó hoy a minutos de su vuelta al país muestra por qué la pregunta era adecuada y pertinente.

Dice Neil:

"La voluntad de un reportero de televisión de someter a una figura mundial a un duro interrogatorio, llendo más allá de las beldades de los políticos para tratar de alcanzar la verdad. Es algo que la mayoría de los canales de Estados Unidos (no mencionemos a los de noticias 'locales'), con la posible excepción de la PBS, podrían aprender".


Y, como profesor de la Primera Enmienda, dijo:

"En los Estados Unidos, la doctrina de la PE garantiza amplias protecciones a la prensa, liberándolos (...) del control del Gobierno, responsabilidad por difamaciones, reclamos por privacidad y otros tipos de controles legales públicos y privados. Pero cuando tenemos que hablar de una prensa libre, independiente y vibrante (...), la ley no es suficiente. Las protecciones son necesarias pero no suficientes. Todavía necesitamos de periodistas que están dispuestos a preguntar preguntas duras de importancia a figuras nacionales e internacionales, y todavía necesitamos periodistas que estén dispuestos a ir a la cárcel o incluso morir para reportar las noticias. En otras palabras, las normas sociales de los periodistas deben ser fuertes, y deben estar orientadas a la misión tradicional de informarnos sobre lo que necesitamos saber. Vivimos en tiempos de infotenimiento y medios con fines de lucro, dónde parece que tenemos más reporteros cubriendo Brangelina que la Guerra de Iraq. También creo que hay más noticias duras en Comedy Central que en la NBC. Esta realidad debería hacernos pensar. Pero el 'plano' de la BBC es corajudo, y cómo alguien a quien le importa una prensa libre vibrante y agresiva, espero no sólo que tenga éxito sino que contagie".


Cien por ciento de acuerdo.

martes, octubre 02, 2007

Las Tensiones del Multiculturalismo

La pluralidad está en la base misma de la política, decía Hanna Arendt. Y esa pluralidad incluye sin lugar a dudas una diversidad cada vez más compleja (y rica), gracias a la inmigración, la globalización y el acortamiento de las distancias comunicacionales.

Hoy en día, hablar de democracia exige necesariamente hablar de sociedades multiculturales en dónde valores como el respeto y la tolerancia adquieren una nueva dimensión. Es probable que Europa y los Estados Unidos (y en general, el llamado 'primer mundo' occidental) sean los escenarios en dónde las tensiones que surgen de esa nueva realidad se manifiesten con más fuerza, en parte gracias al enorme flujo inmigratorio que reciben por ser sociedades prósperas.

Y ante esa circunstancia, el derecho reacciona de diferentes maneras. Así, en Francia hace más de un año y medio decidieron que quedaban prohibidos los símbolos religiosos en los colegios públicos. Tradición del Estado laico, que le dicen. Nada de cruces grandes y ostentosas o kippot.

Pero a sacarse las caretas. La regulación que algunos podrían denominar de 'contenido neutral' (ya que no se dirige a un punto de vista determinado sino a un tipo de discurso en general --el religioso) estaba en realidad dirigida a un punto de vista muy particular: el musulmán. Lo que se quería prohibir era el uso por parte de niñas musulmanas del hiyab o velo islámico.

La medida debe entenderse en el marco de una situación de tensión social en los suburbios de Paris, dónde los jovenes hijos de inmigrantes de orígen árabe protagonizaron en 2005 una larga serie de disturbios luego de que dos jovenes de su comunidad murieran electrocutados mientras escapaban de la policía.

Esa fue la reacción en Francia ante el multiculturalismo de facto. En España, por el contrario, no existen normas específicas. Pero siempre hay "casos aislados". Así sucedió en Girona, Catalunya, dónde a una menor musulmana se le prohibió el uso del velo por contrariar las normas internas del colegio.

Sin embargo, el gobierno catalán (la Generalitat) ordenó que la niña sea readmitida.

Se recomienda la lectura de la crónica de El País, dónde se ven todo tipo de posiciones. No es por hacer mecha en el hecho de que esta bitácora esta del lado perdedor en 1936, pero vean dos opiniones que bien podrían reflejar hoy la de los bandos de aquellos días.

El presidente del PP de Cataluña, Daniel Sirera, se amparó en las "tradiciones y la cultura propias" de Cataluña para rechazar que la niña vaya a clase con velo. "Hay unas normas de convivencia", que se tienen que cumplir "por igual para todos", dijo. Sirera rechaza el uso del velo musulmán y acepta el de la cruz cristiana. Este portavoz de los populares argumenta que es distinto apelando de nuevo a la "cultura propia" de Cataluña.

El portavoz de UGT en Catalunya, David Medina, se felicitó por la readmisión. "Hay derechos de las minorías culturales que, en la medida en que no interfieren en los de otros ciudadanos, deben ser respetados para conseguir una ciudadanía multicultural".

Esta, por supuesto, es la reacción del derecho. Que sólo tiene limitadas armas para combatir la discriminación que no nace en el Estado sino que nace en las familias y en los individuos: la niña de Girona tuvo que dejar un colegio porque todos los días volvía llorando por las burlas de sus compañeros de clase. A esa discriminación se la combate con un arma mucho más poderosa que las leyes y estatutos: la educación.