jueves, octubre 18, 2007

Se Buscan Heroes

Cuando se anda con temas de libertad de prensa y de expresión es importante mantener siempre presente una cosa muy importante: las leyes, normas constitucionales y estándares judiciales que protegen y tienden a enriquecer el debate público son muy importantes, pero no son suficientes.

En materia de prensa y democracia, la libertad es tan sólo una de las caras de una moneda que en la otra exige heroes. Si, héroes. O al menos tipos/as con cojones.

No basta con tener la libertad de ejercer un buen periodismo, sino que se tiene que tener la voluntad de hacerlo. Y en un mundo tan complejo como es el de las fábricas de noticias que llamamos medios, esa voluntad no alcanza cuando sólo es individual. Las diversas investigaciones y teorías sobre la contrucción de la noticia han encontrado una enorme cantidad de factores que inciden en el proceso noticioso para determinar que el producto 'noticia' sea una cosa y no otra.

Dentro de esos elementos podemos destacar a los códigos de ética (o falta de ellos) dentro de las redacciones, los sueldos de los periodistas, el prestigio de éstos dentro de la sociedad, los grados de libertad (o falta de ella) dados dentro de una redacción, el ciclo noticioso, la limitación temporal, las rutinas de producción, la cantidad de empleados, etcétera. Son todos elementos que influyen de forma decisiva en cómo se hace periodismo.

A esto se suman normas y parámetros que se heredean de generación en generación como males congénitos. Una que se me ocurre ahora es la profundamente superficial cobertura del contrincante. Pueden encontrar ejemplos de este periodismo en cualquier diario por estos días. 'Pirulo cruzó fuerte a Mengano', 'Fulano salió a pegarle a (Cosme) Fulanito' o bien 'Duras críticas al plan de Pepito'. Hoy Clarín ofrece un ejemplo inmejorable de lo que digo.

Así, la política (léase el debate público sobre cuestiones públicas) es reducida al más vulgar espectáculo deportivo, y los actores de ese debate quedan atrapados en papeles de rústicos defensores u honrosos aspirantes al título. Y que suene la campana.

De poco sirve defender al periodismo libre si no va haber tipos con pelotas para hacer lo que hace falta. Y no me refiero a mandarse al centro del bombardeo que toca este mes. Simplemente, hacer las preguntas que hacen falta. No preguntar estupideces. Cuestionar, molestar, ser profundamente maleducado. No recuerdo quien dijo que desde el punto de vista ético, ser periodista es injustificable. Falso pero cierto. Si no se es molesto no se cumple un deber esencial, que es profundizar en lo que se dice. Si dice pavadas el entrevisado, decírselo.

Todo esto viene a cuento de algo que escribió Neil Richards, profesor de la WUS y ciudadano británico. Neil hizo referencia a una excelente entrevista captada en la BBC (¡cuando no!) realizada nada más y nada menos que Benazir Bhutto, candidata a devolver la democracia a Pakistán que hace un rato zafó de un terrible atentado en su país.

Neil critica con delicadeza inglesa al periodismo de Estados Unidos. En la entrevista, parece que el muchacho que hacía el reportaje fue muy duro con la política pakistaní, y eso que todos le tenemos simpatía.

¿Qué le preguntarías a una mina que quiere ser presidente de Pakistán? ¿Cuáles son tus plantes a futuro? ¿Que planea hacer si llega al Gobierno? ¡No! El periodista inglés va y le pregunta cómo diablos cree que una mujer moderada puede gobernar un país islámico cada vez más radical y fundamentalista. Y lo que pasó hoy a minutos de su vuelta al país muestra por qué la pregunta era adecuada y pertinente.

Dice Neil:

"La voluntad de un reportero de televisión de someter a una figura mundial a un duro interrogatorio, llendo más allá de las beldades de los políticos para tratar de alcanzar la verdad. Es algo que la mayoría de los canales de Estados Unidos (no mencionemos a los de noticias 'locales'), con la posible excepción de la PBS, podrían aprender".


Y, como profesor de la Primera Enmienda, dijo:

"En los Estados Unidos, la doctrina de la PE garantiza amplias protecciones a la prensa, liberándolos (...) del control del Gobierno, responsabilidad por difamaciones, reclamos por privacidad y otros tipos de controles legales públicos y privados. Pero cuando tenemos que hablar de una prensa libre, independiente y vibrante (...), la ley no es suficiente. Las protecciones son necesarias pero no suficientes. Todavía necesitamos de periodistas que están dispuestos a preguntar preguntas duras de importancia a figuras nacionales e internacionales, y todavía necesitamos periodistas que estén dispuestos a ir a la cárcel o incluso morir para reportar las noticias. En otras palabras, las normas sociales de los periodistas deben ser fuertes, y deben estar orientadas a la misión tradicional de informarnos sobre lo que necesitamos saber. Vivimos en tiempos de infotenimiento y medios con fines de lucro, dónde parece que tenemos más reporteros cubriendo Brangelina que la Guerra de Iraq. También creo que hay más noticias duras en Comedy Central que en la NBC. Esta realidad debería hacernos pensar. Pero el 'plano' de la BBC es corajudo, y cómo alguien a quien le importa una prensa libre vibrante y agresiva, espero no sólo que tenga éxito sino que contagie".


Cien por ciento de acuerdo.

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