viernes, diciembre 16, 2005

Sue this!

Hace un tiempo que anda dando vueltas en mi cabeza un post de Quemar las Naves. Se trata de una noticia que, si no fuera cierta, sería para reirse un rato largo.

Resulta que la Music Publishers Association decidió perseguir judicialmente a aquellos sitios de Internet que contengan partituras y letras de canciones. El presidente de la entidad, Lauren Kaiser, dijo (tomo la cita de Quemar... ):

"La máquina Xerox fue el gran ladrón de nuestros potenciales ingresos , pero ahora la Internet está sacando más de una mascada de las ventas de música y de versiones impresas, por lo que desde ahora seremos más proactivos.”


Bueh... se ve que se trata de otro idiota, que tiene su versión local/argentina en éste muchacho.

No corresponde a este blog hacer recomendaciones a la industria de la música respecto al modo en que el capitalismo les está imponiendo, de la mano del cambio tecnológico, las reglas de juego del futuro. Pero...

La industra tiene tres funciones principales: financiar la creación/grabación de discos, distribuirlos y darlos a publicidad.

Coexisten con ella ciertas derivaciones de las que muchos quieren vivir. Una de ellas es la impresión de libros con partituras de las canciones de los músicos de sus catálogos. En el siglo pasado, todos aquellos que querían aprender a tocar "Paint it Black" y molestar a todos sus amigos con sus aficionadas y desafinadas versiones debían invertir unos cuantos dólares en la compra del correspondiente libro autorizado.

Recuerdo que, allá por 1995, la alternativa a los caros libros eran las revistas de música importadas. Para conseguirlas había que internarse en oscuras galerías de negocios atendidos por sus dueños siempre extravagantes. Por unos 7/9 dólares/pesos se podía comprar una Guitar World que traía tres tablaturas para guitarra y una para bajo. Con suerte, alguna de esas canciones eran del interés del consumidor.

Hoy, sitios como Rock Magic, Ultimate Guitar, GuitareTab o The Tab World proveen ese servicio en forma gratuita. Y es difícil que alguna canción que lleve un mes o dos en el mercado no esté indexada. Los acordes y las letras, que antes había que cazar munido de dinero hoy están a un simple click de distancia.

¿Que pasó? La industria de la música se está volviendo obsoleta. Recordemos las tres funciones que tienen las grandes compañías: financiar la grabación, distribuir y dar a publicidad.

Hoy, la tecnología de grabación barata está disponible con una calidad decente y cualquier computadora promedio puede correr un programa de edición digital de audio.

La distribución puede hacerse perfectamente por Internet, y hay sitios como Castpost que permiten subir audio para escuchar directamente de la red.

Y la publicidad tiene un campo enorme y no explorado en los blogs.

Pero "la industria" irá muriendo lentamente a menos que pronto se den cuenta de que el esquema de negocios desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX ya no existe como tal.

Larry Lessig estuvo en julio en Buenos Aires. En ese momento comentamos, resumiendo su exposición:

"...es necesario que los productos culturales que otros producen estén disponibles para su justo uso por parte de otras personas, de modo de incentivar el enriquecimiento de la cultura. Según Lessig, estamos ahora pasando de una experiencia cultural pasiva/consumista a una de tipo activa/creativa..."


A alguien que se está ahogando se le puede perdonar la brusquedad de sus manotazos. Pero si estos burdos intentos siguen teniendo éxito, la industria sobrevivirá usando como flotador a la cultura libre.

El título de este post, en castellano, significa algo así como: ¡Demandame ésta!

En ese espíritu, preparé este pequeño video que recuerda esos años felices con un tema de la época: Pulling Teeth de Green Day. Preparen los oídos, la guitarra y los abogados, por si la MPA decide demandarnos ;-)



Ver más info en la BBC

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado colega:
¡No puedo creer que Ud. también haya tenido un pasado como estrella del rock & roll! Yo por mi parte busqué una forma de liberar mis energías creativas menos dañina para los oídos del vecindario.
Saliendo del chiste, me parece excelente tu post. Los avances tecnológicos que se dan en una sociedad libre muchas veces perjudican a determinados sectores. Pero la opción no es buscar privilegios insostenibles (porque a la larga la libertad siempre termina por imponerse) sino ser innovador y adaptarse a las nuevas reglas de juego.
Si a lo largo de la historia hubieramos hecho caso a aquellos que se ven perjudicados por los avances tecnológicos, probablemente no tendríamos autos (para no perjudicar a los fabricantes de carruajes), luz eléctrica (que sin duda destruyó casi completamente la industria de las velas), medicina (competencia desleal al saber de los chamanes y curanderos) ni muchísimos otros avances que hacen nuestra vida un poco más llevadera cada día.