Una creencia que puede estimarse bastante extendida respecto del periodismo estadounidense es que funciona con la lógica de y dentro de un sistema capitalista.
Los medios son más o menos poderosos pero se caracterízan por tener independencia de criterio editorial, en gran medida por la diversidad de anunciantes que ofrece el mercado, algo que les permite no depender de ninguno de ellos. [Creo que fue Horacio Verbitsky el que dijo que "un periodista debe tener muchas fuentes para no depender de ninguna de ellas, así como un diario debe tener muchos anunciantes" (cita dudosa y de memoria)].
Dentro de esa lógica capitalista, existen numerosas teorías que proponen la idea de que el sistema de medios de comunicación en general impulsa los intereses de la clase dominante, asi como hay otras que acusan al periodismo de tener un liberal bias. Dos teorías interesantes y a la vez contradictorias que ponen al periodismo en general y al periodista en particular en el rol de manipulador o instrumento al servicio de causas específicas.
[Ver Chomsky y Herman para la primera opción; Lothman y Lichter para la segunda].
Más allá del acierto o yerro de esas teorías, lo cierto es que el sistema de medios americanos muestra una variedad interesante de medios no comerciales, es decir, emprendimientos comunitarios o de propiedad del Estado que rompen la lógica del mercado e introducen otra mirada sobre la realidad, enriqueciendo el debate público.
Ejemplos típicos de esto es PBS o la National Public Radio, pero hay más y de mucha calidad. Algunas de esas iniciativas funcionan como ONG's, como por ejemplo el Center for Investigative Reporting.
Este tipo de iniciativas son interesantes, porque afrontan un problema grave que el periodismo de investigación tiene en el sistema de medios comerciales: hacer este tipo de periodismo es caro y el beneficio económico para el diario es difícil de medir, casi imposible en el corto plazo. Un artículo de investigación puede llevar meses, obliga a tener a unos cuantos periodistas ocupados sin hacer otra cosa y se publica como mucho en dos o tres entregas. El prestigio que se obtiene es difícil de medir en términos de costo y eficiencia.
Pero también hay más iniciativas de calidad que son sin fines comerciales. Una de ellas salio hace poco: The Washington Independent, de The Center for Independent Media, que cuenta con un plantel de periodistas 'de re contra lujo', con gente que viene de los mejores diarios y revistas de los Estados Unidos. Allison Silver, la editora, decía en una entrevista reciente:
En fin, son solo ejemplos de periodismo sin fines de lucro de una altísima calidad. Que muestran que la variedad de ofertas informativas siempre es buena y que en Estados Unidos no todo es for profit.
Aquí tenemos nuestros medios comunitarios y sin fines de lucro. Algunos muy buenos, pero no con tanto alcance o 'prestigio profesional' como los que muestran los medios de Estados Unidos. Y ni hablar de la independencia de nuestros medios 'públicos'.
Pero esa es otra historia.
Los medios son más o menos poderosos pero se caracterízan por tener independencia de criterio editorial, en gran medida por la diversidad de anunciantes que ofrece el mercado, algo que les permite no depender de ninguno de ellos. [Creo que fue Horacio Verbitsky el que dijo que "un periodista debe tener muchas fuentes para no depender de ninguna de ellas, así como un diario debe tener muchos anunciantes" (cita dudosa y de memoria)].
Dentro de esa lógica capitalista, existen numerosas teorías que proponen la idea de que el sistema de medios de comunicación en general impulsa los intereses de la clase dominante, asi como hay otras que acusan al periodismo de tener un liberal bias. Dos teorías interesantes y a la vez contradictorias que ponen al periodismo en general y al periodista en particular en el rol de manipulador o instrumento al servicio de causas específicas.
[Ver Chomsky y Herman para la primera opción; Lothman y Lichter para la segunda].
Más allá del acierto o yerro de esas teorías, lo cierto es que el sistema de medios americanos muestra una variedad interesante de medios no comerciales, es decir, emprendimientos comunitarios o de propiedad del Estado que rompen la lógica del mercado e introducen otra mirada sobre la realidad, enriqueciendo el debate público.
Ejemplos típicos de esto es PBS o la National Public Radio, pero hay más y de mucha calidad. Algunas de esas iniciativas funcionan como ONG's, como por ejemplo el Center for Investigative Reporting.
Este tipo de iniciativas son interesantes, porque afrontan un problema grave que el periodismo de investigación tiene en el sistema de medios comerciales: hacer este tipo de periodismo es caro y el beneficio económico para el diario es difícil de medir, casi imposible en el corto plazo. Un artículo de investigación puede llevar meses, obliga a tener a unos cuantos periodistas ocupados sin hacer otra cosa y se publica como mucho en dos o tres entregas. El prestigio que se obtiene es difícil de medir en términos de costo y eficiencia.
Pero también hay más iniciativas de calidad que son sin fines comerciales. Una de ellas salio hace poco: The Washington Independent, de The Center for Independent Media, que cuenta con un plantel de periodistas 'de re contra lujo', con gente que viene de los mejores diarios y revistas de los Estados Unidos. Allison Silver, la editora, decía en una entrevista reciente:
"...estoy segura de que sabes que parte de la informada discusión sobre el futuro del periodismo involucra al modelo sin fines de lucro. Esta es una de las razones de por qué mucha gente está interesada en lo que sucede con Poynter y su diario en St. Petersburg".El ejemplo del diario de la pequeña ciudad de Florida no es casual: los dueños son Poynter, entidad educativa de alta calidad que es ejemplo desde hace añosn en la formación de periodistas. Y el diario es muy prestigioso y tiene en su haber muchos premios.
En fin, son solo ejemplos de periodismo sin fines de lucro de una altísima calidad. Que muestran que la variedad de ofertas informativas siempre es buena y que en Estados Unidos no todo es for profit.
Aquí tenemos nuestros medios comunitarios y sin fines de lucro. Algunos muy buenos, pero no con tanto alcance o 'prestigio profesional' como los que muestran los medios de Estados Unidos. Y ni hablar de la independencia de nuestros medios 'públicos'.
Pero esa es otra historia.
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