jueves, julio 26, 2007

El Regreso del Jedi

Interesante discusión en el rancho de Balkin. Bueno, más que discusión, monólogo. Pero de los buenos. Ahí pueden encontrar al profesor de Yale diciendo por qué el originalismo no es una posición de interpretación contraria a las gentes de izquierdas.

Básicamente, sostiene que la Constitución de los Estados Unidos es un documento progresista. Y cita un artículo de la revista en la que se estrelló Stephen Glass en el que se sostiene -siguiendo a Amar- que las reformas constitucionales del período posterior a la Guerra Civil incrementaron la noción de igualdad que ya estaba en el texto original de la Constitución post Bill of Rights.

Acá ya hablamos en otras oportunidades de las distintas teorías interpretativas que se arrojan en cara las derechas e izquierdas académicas de los Estados Unidos. En realidad, cualquier criterio por sí sólo y explicado livianamente no se sostiene ante algunas críticas puntuales. Lo que no obsta a que la teoría de la Constitución "viviente" en tanto que interpretación dinámica se nos presente como muy adecuada (además, JB explica que no es una posición que no se opone al originalismo rectamente entendido).

Claro que el orginalismo no es usualmente rectamente entendido. Veamos las opciones.

La discusión en torno al significado original de la Constitución nos lleva a un punto muerto. Porque lo original está vigente; a menos que se adopte una visión de la Constitución restringida a su texto original, lo que hacen prominentes conservadores que desde la época de Regan (¿o incluso antes?) vienen contraatacando, al mejor estilo de una película de la época.

Me imagino a los conservadores norteamericanos reunidos en un estudio fumando puros y preguntándose: "¿Qué excluimos: las enmiendas desde la X -especialmente esa molestilla XIV que permitió Brown-, las enmiendas incluyendo a las X o también la Constitución y nos quedamos con los inútiles artículos de la Confederación?

Cualquier opción se caracterizaría por su arbitrariedad: la Constitución vigente es la original, con todas sus reformas y enmiendas y el aumento del poder federal sobre los estados que integran la unión, que tan bien se expresó en todas las políticas del New Deal de la década del 30.

¿En el fondo no hay una visión que excluye muchas de esas reformas y que -de convertirse en visión predominante- barrerían con los mejores precedentes de la Corte de EEUU?

Pero aceptando el hecho de que la Constitución original es la vigente, podemos intentar discutir cuál es el real significado de esa Constitución, la vigente, la que tienen los Estados Unidos desde hace cientos de años. Y podemos intentar responder a la pregunta que se hizo Ferdinand Lasalle en el siglo XIX.

(Es un set de principios susurra Dworkin al oído, algo que parece haber entendido muy bien Frank Zappa cuando se calzaba trajes para defender la libertad de expresión).

Finalmente, en Slate hablan de la movilización creciente de las hordas progresistas en el campo del derecho americano, contra la derechización de la Corte.

Piu avanti!, que toda segunda parte tiene una tercera.

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