Si hay alguien con autoridad para hablar de medios de comunicación y democracia, es el gran filósofo aleman Jurgen Habermas. Y hoy lo hizo en Clarín, rechazando básicamente la idea de muchos de que la televisión es sólo "una tostadora con imágenes".
"Los oyentes y los espectadores no son únicamente consumidores y por ende usuarios del mercado: son también ciudadanos que gozan de un derecho de participación cultural, de acceso al hecho político y de participación en la formación de la opinión. Sobre la base de esta exigencia jurídica, los programas que garantizan a la población esa 'provisión de fondo' no pueden volverse dependientes de su eficacia publicitaria y del apoyo de patrocinadores".
¿Está claro?
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