"Por otro lado, y yendo un paso más, el Estado -y sobre todo cuando hablamos de comunicación moderna- definitivamente sí "asigna" el uso de la palabra. Cuando asigna/prorroga las licencias de radiodifusión, por ejemplo. Continuando con la quizás infeliz metáfora del profesor en el aula, el problema es saber si lo hace para proteger y garantizar un espacio de discusión colectiva, o para privilegiar a unos cuantos alumnos. Es decir, obviamente con la simple intervención del Estado en estos temas no es suficiente ya que la misma debe estar fundamentada en determinadas orientaciones para que sea verdaderamente democratizadora".
Eleonora Rabinovich, en lo de Gargarella.
Me hizo acordar a cuando Cass Sunstein habla (¿en The Partial Constitution?) sobre la incontestable realidad de que no hay un estado de naturaleza que determine que las cosas deban ser de un determinado modo, sino que todas las instituciones (como la propiedad, por ejemplo) son consecuencia de opciones legales realizadas por el legislador, tal vez opciones tan viejas que ya ni recordamos que alguien las tomó.
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