Tarde pero seguro.
¡Qué impresionante la piña (cuac) que se comió Rovira!
No cabe hacer lecturas apresuradas ni interpretar extensivamente los alcances del resultado electoral misionero del domingo pasado, pero en cierto sentido todo el asunto nos da un poquito más de esperanza en el pueblo.
Un pueblo que se encargó de señalar con bastante claridad que no todo se compra, no todo se vende, y la esclavitud de la necesidad puede encontrar a su libertador en los reservados aposentos del cuarto oscuro.
¡Qué impresionante la piña (cuac) que se comió Rovira!
No cabe hacer lecturas apresuradas ni interpretar extensivamente los alcances del resultado electoral misionero del domingo pasado, pero en cierto sentido todo el asunto nos da un poquito más de esperanza en el pueblo.
Un pueblo que se encargó de señalar con bastante claridad que no todo se compra, no todo se vende, y la esclavitud de la necesidad puede encontrar a su libertador en los reservados aposentos del cuarto oscuro.
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