La memoria, siempre, puede fallar. Sin embargo, siguiendo los dictados de la mía puedo afirmar que hacía años que no veía en Clarín una investigación periodística sobre los manejos fiancieros de una oficina pública tan contundente y acusatoria como la que publicó hoy como principal título de tapa.
La lupa del gran diario argentino se colocó sobre la Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, a quien se acusó de haber contratado a una enorme cantidad de empleados con sueldos altísimos, muchos de ellos amigos, pariente o conocidos. También se la acusó de contratar jets privados para hacer viajes, de alquilar inmuebles sin destino cierto y comprar muebles que descansan en los pasillos de la Secretaría y sus distintas dependencias oficiales.
Las respuestas dadas por Picolotti a las preguntas del cronista son endebles. Veremos como enfrenta en los próximos días la situación esta funcionaria pública que ocupa un asiento que supo acobijar a la defenestrada María Julia Alsogaray.
En cuanto a la investigación en sí, se puede decir que la misma es "sólida". Cuenta con documentos que acreditan los gastos y describe un mecanismo de manejo del dinero del Estado que permitiría manejos turbios. Se trata de un acuerdo firmado entre la Secretaría y la Fundación ArgenINTA que permite que ésta última pague -con fondos públicos- varias cuentas ordenadas por la Secretaría (que, dicho sea de paso, es la que provee de fondos a la Fundación).
Dice la nota que firma Claudio Savoia:
De todas formas, de las múltiples fuentes consultadas, no hay ninguna fuente on the record. Muchas veces, este tipo de investigaciones no podrían avanzar un centímetro si los informantes no pudieran confiar en mantener su identidad en reserva.
Pero la existencia del off the record obliga a hacer algo que se debería hacer siempre al leer una nota periodística de estas características: preguntarse por los motivos de quien esconde la mano luego de arrojar la piedra.
Ay, Juancito
Un párrafo aparte merece el recuadro sobre el hermano de la funcionaria, quien actúa como Jefe de Gabinete de la Secretaría.
Básicamente, se lo acusa -con fuentes contradictorias- de haber sido echado de un departamento de Puerto Madero por las fiestas que se extendían hasta la madrugada inluso los días de semana. Y se da como posibilidad que el alquiler -de us$ 1.600 mensuales- fuese pagado por la Fundación ArgenINTA con dinero del Estado.
Recordar al hermano de Eva Perón, Juan Duarte, es casi inevitable por la coincidencia en el nombre de pila.
Finalmente, cabe destacar algunos elementos en cuanto a la edición. Es terrible y acusatoria, desde el principio. Ya el título habla de "extraños manejos". La foto elegida para ilustrar la nota muestra a una Romina Picolotti bajo una luz lúgubre y temerosa, que hubiese sido difícil de lograr incluso en un estudio. El epígrafe reza: "En las sombras".
Además, se anuncia mañana una investigación sobre los problemas del Plan de Saneamiento del Riachuelo que está evaluando la Corte Suprema y -para colmo- la explicación de Picolotti lleva como título que "Todo es claro como el agua". Justo cuando estábamos hablando del Riachuelo.
Lo que lleva a la última reflexión. ¿Cuántas son las empresas que vierten sus desechos industriales al río y cuánto dinero les costaría dejar de hacerlo y establecer un mecanismo de disposición de desechos que cuide del medio ambiente? No tengo la cifra, pero la pregunta se resume en una palabra: intereses. Muchos, muchos intereses en que eso no se haga.
Cuando se estudia todo los días a los medios de comunicación, es difícil escaparle al cinismo del último párrafo.
La lupa del gran diario argentino se colocó sobre la Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, a quien se acusó de haber contratado a una enorme cantidad de empleados con sueldos altísimos, muchos de ellos amigos, pariente o conocidos. También se la acusó de contratar jets privados para hacer viajes, de alquilar inmuebles sin destino cierto y comprar muebles que descansan en los pasillos de la Secretaría y sus distintas dependencias oficiales.
Las respuestas dadas por Picolotti a las preguntas del cronista son endebles. Veremos como enfrenta en los próximos días la situación esta funcionaria pública que ocupa un asiento que supo acobijar a la defenestrada María Julia Alsogaray.
En cuanto a la investigación en sí, se puede decir que la misma es "sólida". Cuenta con documentos que acreditan los gastos y describe un mecanismo de manejo del dinero del Estado que permitiría manejos turbios. Se trata de un acuerdo firmado entre la Secretaría y la Fundación ArgenINTA que permite que ésta última pague -con fondos públicos- varias cuentas ordenadas por la Secretaría (que, dicho sea de paso, es la que provee de fondos a la Fundación).
Dice la nota que firma Claudio Savoia:
"... a través de distintas cartas acuerdo le permitía (a la Secretaría) remitir a esa fundación pública fondos que luego podía usar con sólo elevar una nota al director ejecutivo de ArgenINTA ordenándole pagar las facturas que acompañaran esa nota."
De todas formas, de las múltiples fuentes consultadas, no hay ninguna fuente on the record. Muchas veces, este tipo de investigaciones no podrían avanzar un centímetro si los informantes no pudieran confiar en mantener su identidad en reserva.
Pero la existencia del off the record obliga a hacer algo que se debería hacer siempre al leer una nota periodística de estas características: preguntarse por los motivos de quien esconde la mano luego de arrojar la piedra.
Ay, Juancito
Un párrafo aparte merece el recuadro sobre el hermano de la funcionaria, quien actúa como Jefe de Gabinete de la Secretaría.
Básicamente, se lo acusa -con fuentes contradictorias- de haber sido echado de un departamento de Puerto Madero por las fiestas que se extendían hasta la madrugada inluso los días de semana. Y se da como posibilidad que el alquiler -de us$ 1.600 mensuales- fuese pagado por la Fundación ArgenINTA con dinero del Estado.
Recordar al hermano de Eva Perón, Juan Duarte, es casi inevitable por la coincidencia en el nombre de pila.
Finalmente, cabe destacar algunos elementos en cuanto a la edición. Es terrible y acusatoria, desde el principio. Ya el título habla de "extraños manejos". La foto elegida para ilustrar la nota muestra a una Romina Picolotti bajo una luz lúgubre y temerosa, que hubiese sido difícil de lograr incluso en un estudio. El epígrafe reza: "En las sombras".
Además, se anuncia mañana una investigación sobre los problemas del Plan de Saneamiento del Riachuelo que está evaluando la Corte Suprema y -para colmo- la explicación de Picolotti lleva como título que "Todo es claro como el agua". Justo cuando estábamos hablando del Riachuelo.
Lo que lleva a la última reflexión. ¿Cuántas son las empresas que vierten sus desechos industriales al río y cuánto dinero les costaría dejar de hacerlo y establecer un mecanismo de disposición de desechos que cuide del medio ambiente? No tengo la cifra, pero la pregunta se resume en una palabra: intereses. Muchos, muchos intereses en que eso no se haga.
Cuando se estudia todo los días a los medios de comunicación, es difícil escaparle al cinismo del último párrafo.
1 comentario:
¡¡Qué gente amable que son los polìticos argentinos!!. El tema es que no nos damos cuenta de que ellos lo hacen para darles trabajo a los periodistas. Si no hubiesen robado durante años y años Lanata nunca hubiese existido. !!Además son solidarios con sus familiares y amigos¡¡ Que bueno que nací en un país tan solidario y amable para con el prójimo.
Bueno, basta sacrasmo: Por mi que se vayan todos a la repu... madre que los parió, manga de ladrones.
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