La perspectiva de que un hombre afrodescendiente sea presidente de los Estados Unidos es muy emocionante, particularmente para todos aquellos a quienes nos interesa el movimiento de lucha por los derechos civiles desarrollado en los Estados Unidos en la década de 1960, fundamentalmente. Ahora que se bajó Hillary (cuyo plan de salud de este lado del mundo preferíamos, sin ningún tipo de interés particular en el mismo), esta posibilidad parece cada vez más cerca. Bienvenido sea.
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