lunes, febrero 20, 2006

Los dibujitos de la discordia

"Aconsejo que todos observen esos dibujos: recuerdan a los publicados en un célebre diario alemán en la época nazi, Der Sturmer. Este periódico publicaba caricaturas antisemitas del mismo estilo". Günter Grass, premio Nobel de Literatura en 1999.
[trazos parciales]

Las caricaturas de Mahomma --que desataron indignación y violencia en el Medio Oriente- no son un tema que debería estar ausente de esta bitácora. Porque las cuestiones involucradas en tan notable acontecimiento están expresamente presentes en el friso que sirve de subtítulo a este blog: libertad de expresión, libertad religiosa, derechos civiles...

Sin embargo, no quise expresar ninguna idea apresurada, y un post a semi escribir sobre el tema quedó merecidamente en el olvido. De todos modos, el intento de esperar hasta tener argumentos formados en pro de alguna de las posiciones que se manejaron sobre el tema fracasó miserablemente. Y es que no creo que las posiciones sustentadas por la mayoría hasta ahora sean las adecuadas. Si hay algo con lo que estuve de acuerdo --hasta cierto punto- son las posiciones que pueden verse aquí y aquí. Es decir --más o menos- estoy en contra de los dibujos. Pero creo que el gobierno danés hizo bien en decir que ellos no pueden hacer nada al respecto.

Las discusiones se centraron erróneamente en algunos puntos que sólo son trazos parciales del problema general. La libertad de expresión y sus límites están involucradas sin dudas en el debate. También la necesidad de respeto y tolerancia que occidente postula como característica básica de su identidad. También estan en cuestión esas mismas características --o ausencia de ellas- en los sitios de los disturbios. La cuestión religiosa de prohibición de retratar a Mahomma es otro elemento que agrega incertidumbre al conflicto.

Sin embargo, nadie evaluó el problema como lo que realmente es y las caricaturas como lo que realmente son: un insulto a los musulmanes. Los dibujos de Mahomma fueron sólo la excusa, el medio utilizado por alguien para señalar una circunstancia política latente en todo el mundo --y particularmente en Europa: el choque de civilizaciones. Un insulto no inocente proferido en un marco peculiar, que tiene como antecedentes los disturbios en Francia, el problema de la inmigración y la convivencia de culturas diferentes en ciudades cada vez más sofocadas por una población creciente.

La frase de Günter Grass que precede esta entrada no es casual. La guerra entre el "bien y el mal" postulada por Bush en 2003, antes de que su país invada Iraq en busca de armas de destrucción masiva que sabía inexistentes, se basa en una matriz de confrontación y polarización del mundo. "O estás conmigo, o sin migo", diría un dirigente político de nuestro país, tristemente famoso --curiosamente- por prender fuego un ataúd con las siglas del partido político contrario en los días previos a la elección presidencial de 1983. Justamente cuando el país salía de años de violencia y sangre. No es necesario señalar cómo le fue a su partido.

En ese contexto deben analizarse las caricaturas. Por supuesto que cabe rechazar la violencia, manifestar la indignación ante el llamado a matar a los dibujantes y expresarse absolutamente anonadado por la reacción en los países árabes. Pero si nos quedamos sólo con la defensa de la libertad de expresión y los requerimientos de tolerancia, estaremos analizando un cuadro mediante el estudio individual de cada uno de los trazos que lo componene. Hay que tomar distancia y ver el cuadro completo.


[Hombre Gordo tomando Mate]

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