viernes, septiembre 01, 2006

El Sopla Silbatos de You Tube

La palabra del inglés "whistleblower" significa en castellano algo así como el "soplador del silbato" y con ella se designa a aquellos que denuncian algún tipo de inconducta de la organización en la que trabajan o trabajaron.

En todos los casos los whistleblowers tienen un conocimiento directo o semidirecto de lo que denuncian por pertenecer al núcleo mismo de la organización supuestamente responsable de la inconducta.

Uno de los más silbadores más famosos es Jeffrey Wigand (sitio oficial), quien a mediadios de los 90 denunció en el programa de TV de la CBS 60 Minutos que los principales directivos de las grandes compañías de tabaco manipulaban los efectos de la nicotina en los cigarrillos y los hacía más adictivos.

Su historia fue retratada en la excelente película El Informante, con Al Pacino y Russel Crowe.

Hace tres semanas, un ingeniero de la Lockheed Martin --una de las principales empresas contratistas del Gobierno Federal de los EE.UU en materia militar-, decidió jugar el rol de whistleblower al denunciar ciertas fallas en la construcción de botes destinados a la Guardia Costera del país del norte.

Normalmente, los pasos a seguir por un whistleblower implican consultas con abogados caros y largas negociaciones con los medios de comunicación que actuarán de intermediarios.

Esta vez, Micheal De Kort --tal es es el nombre del ingeniero- decidió saltear los pasos previos y publicó un video de 10 minutos en You Tube.



Dice De Kort al principio del video que él "no graba esta clase de videos como profesión". Pero que se vio obligado a hacerlo luego de agotar todas las vías de comunicación disponibles. Se quejó ante sus jefes, con agencias federales con competencia para intervenir en la materia y con gente del Congreso de los EE.UU.

Y nadie le dio ni cinco.

"El sistema formal que se espera que use el whistleblower ha fallado. Por eso es que se ve gente siendo creativa. Esta es una tremanda forma para que alguien lo suficientemente valiente diga algo sin pasar por los filtros habituales", dijo Danielle Brian, directora ejecutiva del Project on Government Oversight.

Si alguien quiere ver cuáles pueden llegar a ser las presiones de los "filtros" (léase los grandes medios de comunicación), vean El informante, dónde muestran cómo la CBS volvió loco al pobre de Wygand con la transmisión o no del programa blandiendo excusas legales e intereses ocultos.

Todo esto nos lleva a pensar en el whistleblower local, Enrique Piñeyro, quien en 2005 y con la excelente película Whisky Romeo Zulu denunció irregularidades en los controles de la Fuerza Aérea sobre la aviación civil. Y ayer estrenó su documental Fuerza Aérea S.A, que increíblemente logró que el presidente Nestor Kirchner ordenara hoy apartar a la FF.AA de esa tarea.

Pareciera que la FF.AA no tiene mucho poder de lobby con las empreas cinematográficas, aunque a Pyñeyro sí le entraron en la casa, le robaron la computadora y lo amenazaron varias veces de muerte. Prácticas de otros tiempos, podría decirse.

Pero si Piñeyro no hubiese podido hacer la película, bien podría haber subido una denuncia de menos presupuesto en el magnífico You Tube.

Como hizo De Kort.

¿Quien será el próximo?

Via Volokh

UPDATE. En Poynter hablan del caso y valoran las cualidades emocionales del video, incluso uno casero como el de De Kort. Dicen: "Encuentro este acercamiento interesante, particularmente porque el video es un medio particularmente apropiado para las historias dramáticas --y el whistleblowing siempre es una historia dramática. Incluso cuando el video es duro y básico, puedes ver la tensión en su rostro y escucharla en su voz".

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