lunes, septiembre 25, 2006

Konstitución

La noticia del fin de semana fue que el presidente Nestor Kirchner andaría con ganas de reformar la Constitución para volver a un mandato presidencial similar al de la Constitución de 1853, es decir, seis años sin posibilidad de reelección.

Una Constitución esta hecha para durar; tocarla cada vez que un presidente se levanta con ganas de cambiarla no es muy sano desde el punto de vista institucional.

Si el presidente quiere limitar el poder presidencial podría hacerlo de otras maneras infra constitucionales mucho más al alcance de su mano. Podría --sólo para poner un ejemplo- limitar el uso de DNU a los casos verdaderamente "necesarios" y "urgentes" y no usarlo para saltear el escollo de esa escribanía colegiada que es hoy el Congreso de la Nación.

Más allá de los pormenores y de la discusión en torno a si sería o no conveniente una reforma ahora, lo cierto es que el Gobierno realizó esfuerzos monumentales para bajar el tono de la cuestión luego de que la tapa más importante del país eligiera al tema para su edición del domingo.

La idea que ahora buscan instalar es que es "la opinión personal del presidente", dada en "una charla de café", y que todo se sale de proporción porque "un diario decidió ponerlo en tapa".

Creo que problablemente el presidente no tenga un elaborado plan ni que se lo haya plantado como un fin políticamente importante de éste mandato.

Parece posible diferenciar la opinión del ciudadano que ostenta el cargo de Presidente de aquella decisión del Presidente con mayúsuclas cuando actua como "jefe supremo" de la Nación y cómo el "centro principal de impulso político de la administración".

Sin embargo, la validez de la distinción no quita importancia a la noticia. Porque la opinión del ciudadano Presidente puede convertirse en cualquier momento en objetivo político del jefe supremo de la Nación.

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