El discurso de ayer del presidente de Venezuela Hugo Chávez en las Naciones Unidas fue sin dudas el que más polvareda levantó porque en él Chávez se refirió a su par norteamericano George Bush como el mismísimo "Diablo".
Lamentablemente, los insultos, infantiles pero efectivos, le quitaron cobertura periodística a la parte sustancial del discurso, que incluyó una crítica razonada sobre el rol de Estados Unidos en el mundo. Es decir: Chávez planteó ideas pasibles de ser discutidas racionalmente referidas al imperialismo norteamericano, la democracia a través de las armas, la igualdad entre los pueblos, etcétera.
Además, pidió una reestructuración de las Naciones Unidas a la luz de la incapacidad demostrada en los últimos años por esa organización para impedir el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Acá está el discurso completo.
El encargado de contestarle a Chávez de la administración Bush fue John Bolton, su embajador ante la ONU. Dijo el extraño hombre grandes bigotes que Chávez tenía derecho a hacer ese tipo de declaraciones pero al mismo tiempo se negó a comentar algo sobre ellas desestimándolas como un acercamiento "de caricatura" a las relaciones internacionales.
Y culminó diciendo que es "malo que en Venezuela la gente no tenga libertad de expresión" como la que goza Chávez en los Estados Unidos.
Eso me despertó una inquietud. ¿Qué problemas hay en Venezuela con la libertad de expresión? ¿Existen realmente quejas serias o lo de Bolton responde a la simple táctica recurrente en el Gobierno norteamericano de señalar a todo adversario como un dictador que tiene sometido a un pueblo privado de los más básicos derechos fundamentales?
Para responder a esas preguntas fui a las páginas de Internet que están en la columna derecha de ésta bitácora bajo la cateogoría de "libertad de expresión". Las mismas suelen tratar las limitaciones a ésta libertad desde una perspectiva global.
Sabiendo que necesariamente iba a encontrar algo --todos los países tienen alguna que otra cosa que no funciona 'a la perfección- me metí en los enlaces.
La verdad es que se pueden encontrar algunas cosas que a primera vista muestran una situación conflictiva de la libertad de expresión en el país de Chávez.
Si bien es imposible juzgar a la distancia los méritos de sentencias judiciales, lo cierto es que en los últimos meses se condenó a un periodista que había acusado a un funcionario de corrupción, un fotógrafo fue detenido y se le borraron las fotos y un columnista fue asesinado al frente de su casa.
También una legislatura se metió en una disputa de planeamiento urbano y recomendó que se dealoje a un diario que es opositor al gobierno de Chávez y un periodista fue llevado a juicio por un ministro de Gobierno.
Por último, alguien puso una bomba en un diario al sur de Caracas y el editor del mismo recibió amenazas.
Todo eso pasó en 2006.
Son hechos graves. Un escenario político con periodistas muertos, presos y amenazados no habla maravillas del estado de la libertad de expresión en Venezuela.
Claro que cuando vamos a la situación de Argentina encontramos cosas similares. En Estados Unidos la situación es menos grave: rociaron a alguien con gas de pimienta y el blogger que se niega a entregar su video sigue preso.
Podría sacar como conclusión que Bolton algo de razón tenía cuando dijo lo que dijo, pero me queda la sensación de que también es cierto que la acusación es exagerada. Decir que no hay libertad de expresión en Venezuela es equiparar a ese país con Cuba o China, dónde los únicos diarios son manejados por el Gobierno.
Está bien señalar problemas, pero no decir que quienes no están conmigo representan todos la misma calaña de sujetos a los que Bush se refirió ya hace más de cinco años como "el eje del mal".
¿No hay un exceso de maniqueísmo en éstos dos sujetos?
Lamentablemente, los insultos, infantiles pero efectivos, le quitaron cobertura periodística a la parte sustancial del discurso, que incluyó una crítica razonada sobre el rol de Estados Unidos en el mundo. Es decir: Chávez planteó ideas pasibles de ser discutidas racionalmente referidas al imperialismo norteamericano, la democracia a través de las armas, la igualdad entre los pueblos, etcétera.
Además, pidió una reestructuración de las Naciones Unidas a la luz de la incapacidad demostrada en los últimos años por esa organización para impedir el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Acá está el discurso completo.
El encargado de contestarle a Chávez de la administración Bush fue John Bolton, su embajador ante la ONU. Dijo el extraño hombre grandes bigotes que Chávez tenía derecho a hacer ese tipo de declaraciones pero al mismo tiempo se negó a comentar algo sobre ellas desestimándolas como un acercamiento "de caricatura" a las relaciones internacionales.
Y culminó diciendo que es "malo que en Venezuela la gente no tenga libertad de expresión" como la que goza Chávez en los Estados Unidos.
Eso me despertó una inquietud. ¿Qué problemas hay en Venezuela con la libertad de expresión? ¿Existen realmente quejas serias o lo de Bolton responde a la simple táctica recurrente en el Gobierno norteamericano de señalar a todo adversario como un dictador que tiene sometido a un pueblo privado de los más básicos derechos fundamentales?
Para responder a esas preguntas fui a las páginas de Internet que están en la columna derecha de ésta bitácora bajo la cateogoría de "libertad de expresión". Las mismas suelen tratar las limitaciones a ésta libertad desde una perspectiva global.
Sabiendo que necesariamente iba a encontrar algo --todos los países tienen alguna que otra cosa que no funciona 'a la perfección- me metí en los enlaces.
La verdad es que se pueden encontrar algunas cosas que a primera vista muestran una situación conflictiva de la libertad de expresión en el país de Chávez.
Si bien es imposible juzgar a la distancia los méritos de sentencias judiciales, lo cierto es que en los últimos meses se condenó a un periodista que había acusado a un funcionario de corrupción, un fotógrafo fue detenido y se le borraron las fotos y un columnista fue asesinado al frente de su casa.
También una legislatura se metió en una disputa de planeamiento urbano y recomendó que se dealoje a un diario que es opositor al gobierno de Chávez y un periodista fue llevado a juicio por un ministro de Gobierno.
Por último, alguien puso una bomba en un diario al sur de Caracas y el editor del mismo recibió amenazas.
Todo eso pasó en 2006.
Son hechos graves. Un escenario político con periodistas muertos, presos y amenazados no habla maravillas del estado de la libertad de expresión en Venezuela.
Claro que cuando vamos a la situación de Argentina encontramos cosas similares. En Estados Unidos la situación es menos grave: rociaron a alguien con gas de pimienta y el blogger que se niega a entregar su video sigue preso.
Podría sacar como conclusión que Bolton algo de razón tenía cuando dijo lo que dijo, pero me queda la sensación de que también es cierto que la acusación es exagerada. Decir que no hay libertad de expresión en Venezuela es equiparar a ese país con Cuba o China, dónde los únicos diarios son manejados por el Gobierno.
Está bien señalar problemas, pero no decir que quienes no están conmigo representan todos la misma calaña de sujetos a los que Bush se refirió ya hace más de cinco años como "el eje del mal".
¿No hay un exceso de maniqueísmo en éstos dos sujetos?
1 comentario:
Hola:
Se hace necesario definir un espacio en el cual se puede actuar con independencia y libertad y en el cual se pueda dar un desarrollo humano.
Vivir significa estar limitado, los límites forman parte de la vida, que están ahí para proteger la vida y las ocupaciones de todos. Nuestro propio cuerpo está protegido del exterior por la piel. Los límites son siempre dolorosos y forman parte de la vida.
Apenas existen entornos adecuados para el desarrollo sano de los seres humanos, lugares como las carreteras y sus vehículos, fábricas y oficinas para desarrollar un trabajo del que no nos sentimos complacidos, hospitales masificados donde somos la enfermedad que padecemos, barriadas sin el calor del sol.
Vivimos en una sociedad donde se valora más la adaptación que la consideración de personas en desarrollo. El poder de los más fuertes sobre los más débiles, y la lucha por obtener las mejores oportunidades.
Hemos experimentado los límites como medio de coacción para hacer o dejar de hacer según lo que otros esperaban de nosotros. Debemos olvidar el significado de los límites han tenido en nuestra tradición cristiana: prohibiciones, advertencias, amenazas, requerimientos para respetar los derechos de los demás, llamadas a nuestro ‘yo’ mejor.
A veces se inventan límites porque se está convencido de que ejercen una influencia positiva en el desarrollo, pero si los límites no son realmente necesarios y se erigen únicamente para obtener determinados resultados tienen resultados demoledores ya que no se respetan los auténticos procesos vitales.
Nadie se comporta ‘mal’ (no percibir los límites o menospreciarlos) cuando se siente bien. En la realidad debe haber límites para nosotros cuyo objeto es que podamos sentir cierto ‘orden’. Los límites y las normas se aplican y están vigentes en la convivencia social de toda cultura.
La alegría de vivir debe impregnar las relaciones con nosotros mismos y con los demás, nuevas formas de relacionarse para compartir, cooperar y respetarse mutuamente.
Libertad y límites están íntimamente relacionados con dos conceptos: ‘amor’ y ‘respeto’.
saludos
Publicar un comentario