Según informa La Nación, los lectores de diarios en Internet han crecido en los últimos tiempos, para lo cuál refieren a un informe de la Asociación Nacional de Periódicos de los Estados Unidos. Según este informe, uno de cada tres usuarios de Internet de ese país visita al menos un periódico digital "una vez por mes".
Y los lectores son cada vez más jóvenes.
"Según los datos que maneja la asociación periodística, el número de jóvenes de entre 25 y 34 años que visita las versiones digitales de los periódicos aumentó un 14 por ciento. Entre los jóvenes de 18 y 24 años el incremento fue del 9 por ciento".
¿Datos asombrosos? Difícilmente. En realidad, que uno de cada tres internautas de los Estados Unidos visite un diario una vez por mes no parece indicar un crecimiento exponencial importante. De todos modos, es clara la tendencia al crecimiento de esta actividad y los datos referidos a los lectores jovenes de los medios dan cuenta de ello.
Uno podría preguntarse si están dadas las condiciones para que la industria del periodismo digital ingrese definitivamente en una línea de crecimiento constante que se vea acompañada por una marcado decenso de circulación de los diarios de papel, algo que está ocurriendo desde hace años.
Si bien la cuestión es sumamente discutible, creo que todavía falta que se produzcan tres hechos fundamentales para generar la migración total o casi total de los lectores de diarios en papel a sus versiones digitales.
En primer lugar, se necesita un dispositivo que sea para la pantalla lo que el iPod fue para la música. Un diseño inteligente y agradable a la vista, acompañado de una extrema facilidad en el uso generaron que el dispositivo de Apple haya ayudado a generar una catarata de venta de música por Internet. Algo por el estilo se necesita para la pantalla a través de la cuál se visualizan los contenidos de Internet.
Deberá ser portátil y cómodo, con una pantalla lo suficientemente amplia como para ver comodamente las páginas de Internet. Obviamente, deberá poder conectarse a la red inalámbricamente. Las PDA pueden estar en éste camino, pero por ahora, las pequeñas pantallas de estos dispositivos no se adaptan muy bien a las páginas de Internet, porque las resoluciones no llegan a los necesarios 640 x 480 (como mínimo).
En segundo lugar, es necesario extender los servicios de Internet inalámbrica. Hoy en día, es posible a través de múltiples centros Wi Fi, como propone la iniciativa Fon, del argentino Martín Varsavsky. La teconolgía Wi Max también se orienta en ese sentido.
Sin dudas que se seguirá avanzando tecnolólogicamente, y la Internet inalámbrica para todos será realidad algún día.
Por último, para que los diarios digitales remplacen a los del papel, deberemos ver un gran cambio en la publicidad digital y el comercio electrónico. Si bien la "interacción" con la publicidad no es algo que exista en el papel, en el ámbito digital no es posible meramente "mostrar" lo que se vende cuando el medio supone como una premisa fundamental de su funcionamiento la interacción con el usuario. Cuando la cadena de comercialización digital sea segura, cómoda y confiable, este requisito estará cumplido.
Hasta que se den estas tres condiciones, los diarios digitales no podrán reemplazar a los diarios en papel, al menos no para el público masivo. Seguirán siendo un medio de información importantísimo, pero continuarán detrás del papel.
Expresamente, dejé para considerar al final una cuarta condición. Cuyo advenimiento no requiere más que el inexorable paso del tiempo. Cuando los que hoy tienen menos de 25 años --quienes no compran diarios de papel- se conviertan en la nueva "clase pasiva", ¿qué pasará con los diarios del siglo pasado?
Tal vez ese recambio generacional acelere los tiempos, si es que los cambios tecnológicos no se produjeron antes.
Algo bastante improbable si seguimos los desarrollos de los últimos años.
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