Dice por ejemplo:
"Nuestro país es cautivo políticamente del peronismo. Sesenta años de su vigencia en una historia que no ha llegado a doscientos años, nos hablan de una presencia quizás inédita en otras sociedades. David Viñas dice que el peronismo es el sentido común de los argentinos. Pienso en el PRI mejicano y los setenta años de su hegemonía coronada por presidentes fugados y candidatos asesinados. Hoy trata de componer un nuevo espectro político en medio de grandes dificultades".
Y un párrafo sobresaliente:
"El socialismo en Alemania gobierna con la democracia cristiana, en España no altera la política económica y sólo cambia la dirección de la política internacional. Por lo demás la discusión entre conservadores y progresistas se lleva a cabo en los terrenos de las políticas culturales, la relación de los valores con la religión, la integración de los inmigrantes, la tolerancia y la política sexual, etc. La política económica es lo que menos se discute. Los programas de inversiones, las políticas fiscales, la relación de la corporación política con las multinacionales, la función de los bancos centrales, el rol de los sindicatos, las metas inflacionarias, el valor de la moneda, las estrategias de exportación, todos estos son temas cuya discusión es cuidadosa, y sus cambios apenas graduales, cuando se dan.Entre nosotros la economía es la más versátil y la más debatida de las cuestiones políticas, los ministros de economía son los principales personajes de la escena política después del presidente, y aún, a veces, más que él. Las críticas a su funcionamiento son permanentes, la alternativas a su gestión oficial siempre son abstractas, y la popularidad del gobierno depende del éxito o fracaso de su economía. Por eso Menem ganó con el 60% en el 95, por eso de la Rúa no se sostuvo en el 2001; por eso también Kirchner tiene hoy muy buena imagen, apenas disputada por Lavagna. De ahí también vale la pena recordar que Cavallo tenía el 70% de aceptación según los encuestólogos en marzo del 2001, era en quien se depositaba la esperanza de revertir la situación que se vivía en el país".
Todo es sumamente interesante para pensar a la política local y al socialismo en el siglo XXI, que es sin duda uno de los movimientos políticos más trascendentes del siglo XX y uno de los que más ha intentado adaptarse al ocaso del siglo XX con la caída del muro de Berlín y el bloque comunista.
¿En qué cambiaron los socialistas en los útlimos años?
A simple vista, parece que los socialismos modernos ya no rechazan al capitalismo. Buscan en términos generales "democracias sociales de mercado", dónde la iniciativa privada cumple un rol importante pero el Estado mantiene su presencia en la sociedad a través de políticas sociales inclusivas, seguros de desempleo, de salud, etcétera.
Promueven un mercado controlado dónde se castiga a los monopolios, se defiende la competencia libre y justa y se promueve la 'responsabilidad corporativa'.
Una de estas 'nuevas formas de socialismo' en Europa fue la iniciada por Tony Blair en Inglaterra al rítmo de las guitarras de Blur y Oasis. Se la conoció popularmente como Tercera Vía y fue ampliamente influída por el sociólogo de la London School of Economics Anthony Giddens.
Sin embargo, muchos se vieron prontamente desencantados con el gobierno de Blair, particularmente luego de su alianza casi absoluta con George Bush en términos de política internacional.
Para ilustrar ese desencanto --expresado en la pop culture- presento esta canción de Pulp, llamada Cocaine Socialism, que empieza así:
"Creí que estabas bormeando
Cuando dijiste 'Quiero verte',
Para discutir tu contribución
al futuro del alma y corazón de nuestra nación,
Seis en punto, mi lugar, Whitehall"
Llegué pasadas las siete,
pero dijiste 'No importa,
entiendo tu situación,
y tu imágen y me alaga,
Oh! Sólo quería decirte,
que amo todos tus albums,
Podrías firmar esto para mi hija,
Está en el hospital su nombre es Miriam',
Ahora unite a la movida,
¿querés una línea de ésto?"
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