miércoles, agosto 23, 2006

¿Qué son los blawgs?

Hoy Mariano Amartino, de Weblogs sobre Weblogs de Clarín habla sobre los blawgs argentinos, es decir, las bitácoras dedicadas al mundo del derecho. Lo hace a raíz de un mail que le mandé hace un tiempo a propósito de una entrada suya en la que destacaba los blogs de economía.

Aprovechemos entonces esta oportunidad para repasar qué es un blawg.

Blog + law ('derecho' en inglés) es igual a blawg, un juego de palabras que se le ocurrió a algún yankee con insomnio.

Los hay de estudiantes, de abogados que ejercen la profesión, de profesores, etcétera.

En Estados Unidos hay un montón. Hace unos días decía que cuando el New York Times tuvo que consultar a abogados prestigiosos sobre los méritos del fallo judicial que declaró ilegal las escuchas telefónicas impulsadas por el gobierno de George Bush recurrió en un 90 por ciento a profesores universitarios que tienen su propia bitácora.

En Argentina no hay muchos y no hay todavía ningún 'grande' de la Academia que se haya sumado a la tendencia. ¿Lo hubiesen imaginado a Bidart Campos publicando en Blogger?

Los blogs sobre derecho participan de las reglas generales de los blogs 'de nicho': se refieren a un tema en particular y --salvo aquellos que combinen lo jurídico con otros campos, como pretende hacerlo ésta bitácora- suelen ser de poco interés para quienes nunca pisaron una Facultad de Derecho.

Es importante lo que dice Mariano: los blogs de derecho no deben tomarse nunca como base de un consejo legal: normalmente tratan sobre temas debatibles en dónde media biblioteca apunta a un lado y media a otro. Y además, cada caso es particular y tiene miles de matices que hace imposible guiarse por lo que algún abogado se le ocurra publicar en sus ratos libres.

Dicho eso --a modo de disclaimer- quiero agregar algo más. Los que blogs que nombra Mariano en su entrada son sólo algunos: seguramente hay más. Y pueden enviarlos a Weblogs sobre Weblogs para que actualice la lista.

Con la siempre creciente cantidad de inscriptos a la carrera de Derecho, sólo cabe esperar que los blogs jurídicos crezcan a un ritmo similar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad que ningún "grande" del derecho tiene blog.

Y no te engañes: lo que pusiste es todo lo que hay. No me sorprende que estemos más rezagados que otros gremios, porque nuestro ambiente siempre fue más conservador. Porque eso no solo se da del lado de la oferta, sino también de la demanda, esto es, el público que sería potencial consultante del "nicho" de los blawgs.

Pero mi pronóstico es que esta generación se va involucrando poco a poco con experiencias interactivas, para las que no basta con tener un sitio Web 1.0 lleno de material, como el de Gordillo. Ya varias cátedras, como la de hendler, tienen sitios que se mueven mucho.

Larry Solum y otros siempre se preguntan si conviene dedicarle tiempo al blog o a las publicaciones tradicionales.

Es cierto que currículums y concursos se forman con papeles, no con bits.

Pero bloguear te abre la cabeza, funciona como estupendo campo de pruebas. Y practice makes perfection. Por eso yo estoy entre los que creen que puede haber una sinergia entre lo que uno dice en los posts y los artículos de tono "doctrinario". Claro que hay que tomarle la mano a esa distinción, y manejar bien el lenguaje y los códigos para que cada cosa esté en su lugar. Yo vivo haciéndome mea culpa por eso y creo que vos estás un paso adelante en el cerramiento de esa brecha.


Otra cosa: Sobre el tema del disclaimer, Ramiro, fijate que yo publico desde hace tiempo un cautelosísimo "AVISO LEGAL" en mi blog. Algo denso, creo que en breve lo voy a simplificar.

Anónimo dijo...

¿Cómo que no hay ningún "grande" del derecho que tenga su blog?

¿Y Gustavo y vos que son, de madera?

La verdad me sorprendió mucho de pronto aparecer en un comentario de Clarín, me duplicó las visitas al blog. Lamentablemente tengo un poco abandonado el tema jurídico, en particular la doctrina un poco más seria, y estoy bastante más enfocado en la divulgación económica.

Pero en cualquier momento agarro de nuevo los tomos de La Ley y empiezo a decir barbaridades como siempre.

¡Saludos y felicitaciones!