Hay cosas que se saben pero de las que nadie habla. Se forma un silencio más o menos colectivo tal vez causado por cierta sensación de impotencia, de que "nada puede hacerse para cambiarlo".
Uno de esos silencios gira alrededor de la SIDE, la secretaría de Inteligencia que está festejando este año su 60 aniversario. Se sabe que funciona al servicio de (los intereses políticos) del presidente de turno y se sabe que realiza constantemente operaciones ilegales. Pero nadie puede problarlo.
Basta hablar con gente más o menos cercana al poder para saber que muchos "saben" que sus teléfonos están pinchados por personal de la casa. Recuerdo a un profesor que fue fiscal en spin offs de la causa AMIA que todos los días repetía --no sin un dejo de orgullo- que las líneas telefónicas de su casa y de su ofician estaban "intervenidas" por los servicios.
Hoy, Darío Gallo da cuenta del asalto a la casa de dos periodistas de La Nación y tira una teoría interesante: puede ser que los espías se hayan enterado escuchando las conversaciones telefónicas de los periodistas que éstos iban a hacer una operación bancaria.
Será difícil controlar a la SIDE hasta tanto el Congreso no decida ejercer sus facultades investigativas e ir a fondo con la cuestión.
Las leyes secretas y presupuestos no sujetos a control son cortinas detrás de las cuales se ocultan todas las oscuras maniobras de "La Casa".
De las que todos saben.
Pero nadie hace nada.
Uno de esos silencios gira alrededor de la SIDE, la secretaría de Inteligencia que está festejando este año su 60 aniversario. Se sabe que funciona al servicio de (los intereses políticos) del presidente de turno y se sabe que realiza constantemente operaciones ilegales. Pero nadie puede problarlo.
Basta hablar con gente más o menos cercana al poder para saber que muchos "saben" que sus teléfonos están pinchados por personal de la casa. Recuerdo a un profesor que fue fiscal en spin offs de la causa AMIA que todos los días repetía --no sin un dejo de orgullo- que las líneas telefónicas de su casa y de su ofician estaban "intervenidas" por los servicios.
Hoy, Darío Gallo da cuenta del asalto a la casa de dos periodistas de La Nación y tira una teoría interesante: puede ser que los espías se hayan enterado escuchando las conversaciones telefónicas de los periodistas que éstos iban a hacer una operación bancaria.
"Aunque sería muy difícil probar que las escuchas ilegales, en este caso a periodistas, no sólo sirven para saber qué se va a publicar en La Nación o con qué funcionarios hablan esos cronistas, sino también para que quienes ejecutan esas escuchas decidan redoblar la ilegalidad y, de paso, asaltar a los espiados cuando se enteran de que están por hacer una operación bancaria".
Será difícil controlar a la SIDE hasta tanto el Congreso no decida ejercer sus facultades investigativas e ir a fondo con la cuestión.
Las leyes secretas y presupuestos no sujetos a control son cortinas detrás de las cuales se ocultan todas las oscuras maniobras de "La Casa".
De las que todos saben.
Pero nadie hace nada.
1 comentario:
¿Realmente la SIDE cumple alguna función útil en una democracia? ¿No sería momento de plantearse seriamente su desmantelamiento? En ese caso, tareas de inteligencia judicial o de prevención del terrorismo, por ejemplo, podrían dejarse a cargo de departamentos específicos de la policía federal u otro organismo de seguridad, con estructuras más pequeñas y capacidad operativa para realizar sólo aquellas tareas específicas para las que hayan sido creados.
Martín Juno escribió algo al respecto hace unos días en http://destructordemitos.blogspot.com
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