
Resulta que el primero decidió borrar los comentarios que el segundo dejaba en su bitácora, por lo que el segundo acusó al primero de haberlo "censurado". Dijo el primero, citando a otro blogger:
"...los comentarios son una cortesía hacia los visitantes y no un derecho adquirido a poder dictar el enfoque y la perspectiva de este blog. Quien quiera contraargumentar lo que aquí escribo que lo haga en su propio blog, y si no lo tiene que abra uno; es gratis. Así es como se debate en la blogosfera".
En primer lugar, creo que las formas de debatir en Internet no deberían limitarse tan arbitrariamente. Pero es cierto que cada uno es dueño y responsable del espacio de Internet que ha decidido tomar como propio, por lo que es plenamente válido prohibir comentarios de un internauta en particular o bien borrarlos según el real saber y entender de cada uno.
Ahora bien, si bien no hay dudas sobre la legitimidad de tal acción, sí creo que cabe dudar sobre el mérito, la oportunidad y la conveniencia de ese tipo de medidas ya que hoy --en todos los medios del mundo, desde el NYT hasta el blog de Laura Ubfal (?)- lo que se impone es el diálogo con los lectores.
Pero hay un problema que va más allá de la mera estrategia comunicacional de cada uno en relación a su bitácora. Y es que se le hace un flaco favor a la democracia cuando las opiniones contrarias no son escuchadas y los ciudadanos se informan exclusivamente de medios afines a su ideología.
Es un problema que me gusta llamar "ecosistemas de información ideológicamente cerrados".
Dijo uno en medio del debate liberal:
"...mi propósito al leer blogs es estar al tanto de los comentarios y los links que mandan personas con las que tengo algún tipo de afinidad política/intelectual".
Paso a explicar de dónde saqué tamaño concepto. Recientemente hice un seminario sobre historia de los Estados Unidos en el que el profeso de la Universidad de Ohio Micheal Flamm dijo que en los Estados Unidos gran parte del debate público actual se lleva a cabo en lo que él llamó "ideological eco chambers": cubos cerrados de una ideología determinada dentro del cual se cruzan todas las noticias e ideas que consume un ciudadano cualquiera.
En ese ámbito, el supuesto debate sólo resulta en la confirmación de un preconcepto determinado por la propia ideología.
Flamm ponía como ejemplo el boom de blogs conservadores en los Estados Unidos: durante el día un ciudadano puede leer los blogs de la derecha de los Estados Unidos y por la noche se prende a la Fox News, dirigida por el famoso publicista republicano Roger Ailes.
Si eso ocurre, el sueño de discusión racional de los asuntos públicos del Estado y de la Sociedad planteado por la garantía de libertad de prensa prevista en todas las Constituciones republicanas del mundo será sólo eso: un sueño.
Paradójicamente, para muchos los blogs son un mecanismo que podría hacer posible una verdadera democracia comunicacional que permitiera a los ciudadanos alterar la agenda del debate público multiplicando a su vez las fuentes de información. Hasta se llegó a pensar --idea nunca abandonada- que la tecnología posibilitaría la soñada democracia directa de Rousseau.
Pero la multiplicación de fuentes permite que los ciudadanos elijan libremente leer sólo las opiniones de quienes piensan como ellos. Curiosamente, eso no sucede cuando se recure a un "medio grande": éstos --por razones de oferta y demanda informativa- tienden a presentar puntos de vista divergentes sobre temas determinados, y en muchos casos tiene columnistas de tendencias políticas diferentes que compiten por la atención del mismo público lector.
Free choice: los ciudadanos optan por un ecosistema de información similar al que existe en los países con partido único y prensa estatal centralizada.
Al igual que con el final apoclíptico del famosísimo corto de EPIC 2014, los hombres eligirían voluntariamente su propia ruina.
¿Cabe culpar a los blogs? Claro que no.
En todo caso, quienes eligen informarse en éstos econsistemas de información ideológicamente cerrados son los propios ciudadanos.
Pero la que pierde es la democracia.
La solución: educar en la tolerancia y el disenso, y fomentar el dabate.
No lo contrario.
5 comentarios:
rau, muy bueno! (salí un rato del cubo a explorar por acá ;). Ahora destaco este post.
te puse un enlace hoy dgo. por la manana, pedí opinión a mis lectores sobre el tema in abstracto, a ver qué nos dicen! Un abrazo!
Imaginate que los diarios estuvieran obligados a publicar todas las cartas de lectores que recibieran, o que las radios debieran pasar al aire todas las llamadas telefónicas que recibieran.
Censura es la censura del gobierno, del estado. Censurar a Marcos sería prohibirle tener un blog.
Ustedes están tratando de obligar a Luis a ir contra su libertad.
Guillermo, tenés razón, la censura que prohíbe la CN es la del Gobierno, todos tenemos derecho a censurar en nuestra bitácora.
Fijate lo que escribí en el blog de Marta.
http://alemaniasociedad.blogspot.com/2006/08/vivir-en-un-cubo-un-aspecto-negativo.html
Creo que quedó claro que no cuestioné la legitimidad de la acción. Sólo digo que no me parece una tendencia correcta eliminar todos los comentarios que no sean conforme a la idea del autor del blog y como digo en una entrda más reciente , no relaciono el tema con el problema específico entre Marcos y Luis cuyos pormenores no conozco. Sólo tomé algunas expresiones encontradas en los comentarios para hablar de un tema en particular que me interesa que es la posibilidad de ingresar en circuitos cerrados de información.
Y me parece que no es una tendencia correcta porque va contra la historia: hoy todos los diarios del mundo aumentan las páginas destinadas a las cartas de lectores, tienen ombudsman que defienden los intereses del lector desde el punto de vista de las rutinas de producción periodísticas y en las webs incoropran weblogs, chats, etcétera.
Fijate La Nación: más de una vez aparecen cartas de lectores a favor del aborto y esa es una clara posición contraria a la línea editorial del diario. Lo mismo en Clarín, dónde hace poco aparecieron discusiones sobre la dictadura.
Si eso lo hacen los medios grandes, que no lo haga un blog YO no lo entiendo, pero no digo que no tenga derecho de hacerlo.
Y yo no quiero obligar a Luis a hacer nada.
Saludos.
A ver, yo desde el día que los comentarios comenzaron a resultar en agravios hacia otras opiniones, o directamente hacia mi, adopté como política la eliminación automática. Publico lo que ayude al debate, y no las opiniones tipo "lo que decís vos es propio de un facho, salido de una caverna neoconservadora", aunque para muchos esa política signifique calificarme de facho salido de la caverna neoconservadora. Si alguien quiere lo otro, que haga su propio blog, y que allí adopte las políticas que quiera.
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