lunes, noviembre 21, 2005

No siempre los precedentes de camarista sirven para prever las decisiones en la Corte

En el Washington Post hay un artículo de Lee Epstein y Jeffrey A. Segal. La primera escribió un libro que desde ya recomiendo: Constitutional Law for a Changing America.

En el caso, el autor dice que los precedentes judiciales de los jueces nominados a la Suprema Corte de Estados Unidos no deben ser tomados como un indicatativo indubitable de lo que éstos decidirán una vez que ocupen su asiento en el Alto Tribunal. Esto se debe principalmente al hecho de que, al ser jueces de tribunales inferiores, se ven forzados a seguir el viejo principio del common law de stare decisis. Es decir, los precedentes de la Corte, son para ellos obligatorios.

Dicen los autores que ello puede ser una señal, pero nada más que eso.

"Cuando Scalia fue nominado en 1986, virtualmente todos los comentarios --de izqueirda y de derecha-- predecían que sería un juez bastante conservador. Ese pronóstico provó ser adecuado".


Es que no siempre fue así. El ejemplo que dan los autores para justificar su posición es el del juez David Souter, quien es juez desde 1990 y fue nominado al Tribunal por George Bush Senior, el padre del actual ocupante de la Casa Blanca. Para los autores, en este caso --y en muchos otros- las etiquetas ideológicas probaron ser engañosas.

"En el caso de Souter, los juicios iniciales acerca de cómo pordía votar estaban palamriamente equivocados. La expectativa, basada en los registros de sus decisiones como juez inferior, preveían que iba a ser un votante conservador consistente -- incluso más a la derecha que los nominados por Reagan, jueces Kennedy y O'Connor. Souter, por supuesto, es un votante consistente -- pero en ala liberal de la Corte."


Y es que, si bien en el Comité del Senado los nominados dicen que respetarán los precedentes del Tribunal, una vez que se tiene puesta la toga, ya no existe obligación legal de hacerlo. Los autores también señalan como el tiempo puede hacer a los jueces cambiar de posición. Dan los ejemplos de Blackmun y Stevens, cuyos votos fueron evolucionando a posiciones liberales cada vez más pronunciadas.

Eso implica que no es posible asegurar cómo va a votar un juez de la Corte Suprema. Concluyen Epstein y Segal: "Marcar a los jueces como 'conservadores' o 'liberales' o algo en el medio, con la expectativa de que esos nominados actuarán según esas etiquetas es ignorar la naturaleza de los jueces".

En Concurring Opinions comentaron el caso.

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