Pronto -más precisamente, el 12 de Noviembre- tendrá lugar en Chile un Taller Legal para Bloggers, organizado por la ONG Derechos Digitales, impulsora en Chile del proyecto Creative Commons entre otras cosas relacionadas al mundo del derecho y la tecnología.
Hace unos días, Claudio Ruiz, de Quemar las Naves, dejó un elogioso comentario en un post nuestro referido a un caso de censura a blogs en una escuela secundaria de los Estados Unidos e hizo referencia al tema en su blog.
La iniciativa del taller legal es más que interesante. Si bien la naturaleza de ésto esta discutida (¿se trata de una forma de publicación? ¿es un diálogo público?), lo único realmente cierto es que es un fenómeno en pleno crecimiento.
De modo que al mundo de los blogs se lanzan cientos de personas que vuelcan en la red sus sentimientos, opiniones, ideas y enojos y lo hacen sin ningún temor a posibles represalias. Está bien que así sea: como dijo el compatriota Alberdi, aunque referido a otro tema, "la tribuna es libre, el orador es inviolable".
Si bien no es exactametne así, la libertad de expresión es un derecho que tiene tanta trascendencia para el sistema republicano que es considerada una libertad "preferida" sin la cual el ejercicio de otros tantos derechos es meramente ilusorio. Bienvenidas sean entonces las nuevas voces que expresan cualquier cosa referida a cualquier tema: es la idea de una sociedad democrática. Está en nosotros separar que es bueno y limpio de aquello que no lo es.
Pero es importante destacar que estas formas de expresion -ahora disponible a mucha gente- pueden acarrear consecuencias legales. Una actividad educativa como la desarrollada en Chile por Derechos Digitales se torna necesaria para que los bloggers tomen conciencia de que muchas cosas que digan les puede traer problemas en el futuro.
La calumnias, las injurias, la responsabilidad civil, la penal, la violación de eventuales derechos a la privacidad, la revelaciones de secretos industriales, de meros secretos, los simples insultos y la utilización de la sátira como vía de opinión puede generar consecuencias legles importantes. No por nada los diarios del mundo se rodean de abogados y los consultan antes de tomar decisiones trascendentes resferidas a la publicación o no de determinada historia u opinión.
Un ejemplo reciente que sacudió a la blogósfera argentina puede ejemplificar la situación. El Caballero de la Triste Figura relata pormenorizadamente el hecho en éste post y en éste.
Trataremos de resumirlo.
Dijo el Caballero:
"Parece ser que cuando se iba a estrenar Iluminados por el fuego, película comentada en este blog en su momento, los periodistas de Página/12se vieron en un brete: nadie quería ser el encargado de escribir la correspondiente crítica, dado que entre los créditos había nombres "amigos de la casa" (...) A quien le tocó finalmente la tarea fue a Horacio Bernardes. Resulta que la película no le pareció gran cosa y le puso un 6 (...)
Pero Bernardes, al parecer, recibió un llamado del mismísimo Ernesto Tiffenberg (director de Página/12), que le decía que la película estaba para más que un seis; luego, en otro llamado, se les recordó que se trataba de "amigos de la casa". Finalmente la crítica de Bernardes nunca se publicó... (...)"
En el festival de San Sebastián, Bernardes habría recibido un "apriete" del protagonista de la película, el actor argentino Gastón Pauls, quien habría reprochado de muy mala manera la crítica nunca publicada de Bernardes (nótese para los que quieran cubrirse legalmente el grosero uso del condicional).
Sigue el Caballero (a esta altura, es imperioso aclarar que se trata de nuestro amigo Cristian Vázquez, comaestrando 2005).
"El mail de Bernardes era algo "privado", es decir, para sus amigos destinatarios, y no para que el tema saliera a la luz, porque sabía que su puesto de trabajo podía correr riesgos. Pero uno de los destinatarios, el escritor Guillermo Piro, no tuvo mejor idea que subirla a su blog. Para qué..."
Luego de una acalorada reacción de la blogósfera, y teniendo en cuenta que el pobre de Bernardes podría perder su trabajo, Piro decidió levantar el mail de su blog.
La cuestión plantea lindos interrogantes. Más allá de la censura de Página para con su periodista por "amiguismo" (¿no es una forma blanda de corrupción?), la publicación en un blog de un mail privado importa una violación del derecho a la privacidad del remitente, ya que el mail estaba destinado a ser leído solamente por las personas a quienes fue dirigido.
Si Bernardes hubiese sido despedido... podría haber reclamado a quien hizo público el mail los daños y perjuicios ocasionados? ¿Habría sido Piro responsable por violar la intimidad de otra persona o podría haberse amparado en la libertad de expresión / derecho a la información que tienen todos los ciudadanos? La respuesta la dejo para que la piensen, no es lo importante ahora.
El caso relatado sirve de ejemplo de los muchos conflictos legales que pueden nacer en la Internet y en el mundo de los blogs.
Por eso es necesario educarse para saber los límites existentes y -por que no- violarlos con elegancia (si es que usted tiene dos cosas: el valor de hacerlo y un amigo abogado).
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