Sevilla, a pesar del calor que asola al sur de España, es espectacular. Como dicen los propios sevillanos, todavía conserva cosas de las que Madrid y Barcelona están tratándo de quitarse de encima desde hace años, como la siesta. De hecho, entre las 13 y las 16, no hay un alma en las curvilíneas calles empedradas. Conocimos todo lo que hay que conocer de Sevilla, pero lo mejor fue la noche del Sábado, cuando Argentina eliminó a México. Vimos el partido en un bar de tapas argentino llamado Corrientes Tres Cuatro Dos. La empanada, 2 euros. Y después salimos a festejar, hasta las siete de la mañana.
Al otro día, fuimos a ver una corrida de toros a la famosa Plaza de Sevilla... antes de leer a Hemingway, creía que se trataba de un acto bárbaro sin sentido. Hoy creo lo mismo, pero es simplemente espectacular. El modo en que el matador baila con el toro... Hay que tener mucho coraje para pararse delante de esa bestia y esperarla arrodillada cuando todavía no está debilitada por los banderilleros o los hombres a caballo. Exactamente eso hizo un francesito de 20 años que entró en esa fecha como suplente. "El morito" se ganó las palmas de un público que --por lo que decían- es bastante exigente.
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