Por estos días, la guerra en el Líbano ocupa las tapas de los diarios del mundo. A miles de kilómetros de distancia tratamos de entender los conflictos del Medio Oriente en artícuos de 130 líneas o reportajes de cinco minutos de la CNN.
Y en el interín los medios nos bombardean con imágenes de la guerra y sus víctimas civiles y edilicias. Un artículo en la revista alemana Spiegel Online sostiene que la estrategia de comunicación del Hezbollah se basa en dejar "que las imágenes hablen por sí solas".
Y esto es así porque hay algo de cierto en el dicho que dice que "una imágen vale más que mil palabras". Porque las fotos --se cree normalmente- mienten menos que las palabras. Es por eso que cuando hay guerra en el Medio Oriente, los diarios occidentales llenan sus páginas de cuerpos mutilados esparcidos entre los escombros.
Pasó en Irak y está pasando en el Líbano.
Algunos critican ésta práctica. Por ejemplo, en Morph publicaron un artículo en el que se referían a ésto como la "pornografía de la guerra". La foto que ilustraba la nota era la de un hombre libanés sosteniendo en sus brazos a un bebé cuya cabeza había literalmente desaparecido gracias a un bombardeo israelí.
Y linkeaba a un blog que contiene casi exclusivamente fotos de niños muertos.
Algunas de esas fotos desaparecieron. Otras todavía están, pero no se sabe bien por cuanto tiempo. De hecho, en el Morph la imágen que ilustraba la nota --que estaba convenientemente photoshopeada para no herir la sensibilidad del público- fue reemplazada por la ranita amarilla que indica contenido prohibido.
Slate tiene un slide de fotos de lo que pasa en Gaza. Y El País relata el sufrimiento de los chicos.
Nunca creí que sea un fin loable procurar no herir la sensibilidad del público. Bienvenido sea el asco o la indignación de ver chicos mutilados. Ojalá en Estados Unidos se mostrase en primer plano cada uno de los cientos de muertos que hay en Irak cada día.
Tal vez sería un modo de sacar de sus sillones --al menos por lo que dure la tanda- a los millones de tipos que hay en el mundo que se muestran siempre prestos a defender bombardeos a miles de kilómetros de distancia de sus televisores.
Que les moleste, que los indigne y les de asco. Que hieran las fotos y los videos sus sensibilidades. Para que sepan qué es lo que se apoya cuando se defiende la guerra.
Y en el interín los medios nos bombardean con imágenes de la guerra y sus víctimas civiles y edilicias. Un artículo en la revista alemana Spiegel Online sostiene que la estrategia de comunicación del Hezbollah se basa en dejar "que las imágenes hablen por sí solas".
Y esto es así porque hay algo de cierto en el dicho que dice que "una imágen vale más que mil palabras". Porque las fotos --se cree normalmente- mienten menos que las palabras. Es por eso que cuando hay guerra en el Medio Oriente, los diarios occidentales llenan sus páginas de cuerpos mutilados esparcidos entre los escombros.
Pasó en Irak y está pasando en el Líbano.
Algunos critican ésta práctica. Por ejemplo, en Morph publicaron un artículo en el que se referían a ésto como la "pornografía de la guerra". La foto que ilustraba la nota era la de un hombre libanés sosteniendo en sus brazos a un bebé cuya cabeza había literalmente desaparecido gracias a un bombardeo israelí.
Y linkeaba a un blog que contiene casi exclusivamente fotos de niños muertos.
Algunas de esas fotos desaparecieron. Otras todavía están, pero no se sabe bien por cuanto tiempo. De hecho, en el Morph la imágen que ilustraba la nota --que estaba convenientemente photoshopeada para no herir la sensibilidad del público- fue reemplazada por la ranita amarilla que indica contenido prohibido.
Slate tiene un slide de fotos de lo que pasa en Gaza. Y El País relata el sufrimiento de los chicos.
Nunca creí que sea un fin loable procurar no herir la sensibilidad del público. Bienvenido sea el asco o la indignación de ver chicos mutilados. Ojalá en Estados Unidos se mostrase en primer plano cada uno de los cientos de muertos que hay en Irak cada día.
Tal vez sería un modo de sacar de sus sillones --al menos por lo que dure la tanda- a los millones de tipos que hay en el mundo que se muestran siempre prestos a defender bombardeos a miles de kilómetros de distancia de sus televisores.
Que les moleste, que los indigne y les de asco. Que hieran las fotos y los videos sus sensibilidades. Para que sepan qué es lo que se apoya cuando se defiende la guerra.
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