Despues de Sevilla, llegó el turno de Granada, la capital del reino musulmán que más duró en occidente: hasta enero de 1492. Una ciudad hermosa dominada en lo alto de una colina por La Alhambra, un conjunto de palacios musulmanes que lo primero que logran es darle a uno ganas de ir a conocer la Arabia de los cuentos. Dos barrios se levantan en las laderas de esa montañana: el Realejo y el Albacyn, caracterizado por sus casas blancas que --desde la torre de La Alhambra- se ve increíblemente hermoso, y desde arriba pueden distinguirse los patios "árabes", con los azulejos, los naranjos y las fuentes en los centros.
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