lunes, agosto 08, 2005

Errores, muchos errores...

La revista Ñ, de Clarín, publicó en su edición del pasado sábado un artículo referente al interesante y polémico tema del estatuto jurídico de los embriones.

La polémica surge a raíz de la presentación efectuada ante la justicia por el abogado Ricardo Rabinovich y que dio lugar a que una juez pidiera a las clínicas de fertilización asistida informar quienes son los "padres de las criaturas".

Voy a señalar los errores en los que -a mi humilde entender- incurre la columnista Diana Cohen Agrest, Doctora en Filosofía por la UBA, con un Master en bioética en su haber.

Cohen cita diversas teorías éticas laicas, es decir, ajenas -en principio- a todo concepto de tipo religioso. Dice Cohen:

"Una corriente afirma que un individuo merece tratamiento moral en la medida que cuenta con ciertas capacidades cognitivas".


Esta teoría es la de John Locke, uno de los principales impulsores de las ideas liberales del siglo XVIII, que tanto influyeron en el siglo XIX. Sigue Cohen diciendo de Locke:

"...afirmó que por persona entendemos "un ser pensante inteligente, que posee razón y reflexión, y que puede considerarse a sí mismo como tal, la misma cosa que piensa, en diferentes tiempos y espacios". Es la capacidad de autorreconocimiento lo que haría de un ser humano una persona; y por cierto, el embrión carece de esa capacidad.


Error 1.

Si para ser persona, y entonces sujeto de derechos y obligaciones, es necesario tener capacidad de "reflexión", entonces no ingresan dentro del concepto de persona -y ergo no merecen la protección de las leyes: a) aquellos que padezcan demencia senil, b) mal de Alzheimer, c) autismo grave, d) retraso mental severo.

Error 2.

Luego, sigue Cohen, cabe considerar el concepto de personalidad "en potencia", que hace que los embriones merezcan ser protegidos por su potencial para ser "serse humanos". Para ello, sostiene Cohen, "es necesario demostrar que el embrión es el mismo ser que el ser humano desarrollado". Dice Cohen:

"Sin embargo, ésta es una tarea imposible: el pre embrión (de menos de 14 días) no es un individuo porque puede dividirse en dos o más embriones genéticamente idénticos, proceso del que resulta la formación de gemelos; si el concepto de persona designa una entidad individual, el embrión no lo es".


Es decir, no es una persona: es "dos" personas. Por ser "dos" personas (gemelos), no merece la protección de las leyes, porque si es "dos" personas no cumple el requisito de entidad individual. Y, si fuese el caso de trillizos... trans tiberem.

Error 3.

Sigue Cohen:

"También se argumenta que asimilar el estatuto del embrión al de la persona plena supone no tomar en cuenta el papel que juegan las decisiones de terceros en el desarrollo del embrión cuando se depende de técnicas reproductivas: para que un embrión crezca naturalmente en el útero materno hasta alcanzar su estadio fetal se requiere que ningún acto voluntario detenga el proceso. Pero para que ese mismo embrión se desarrolle fuera del útero se necesita un acto por comisión: la intervención de un profesional que lo transfiera al útero".


Cierto, no se está hablando de la obligatoriedad de su implantación, sino de que alguien se haga responsable de estos embriones que -es la posición que sostiene el juez actuante- no son cosas, sino personas derivadas de "alguien". Si no se encontrase, entonces el Estado debería hacerse cargo de su mantenimiento en ese estado y su implementación en parejas adoptantes.

Error 4.

Se pregunta Cohen si el embrión posee intereses. Dice:

"Este argumento es negado por el proceso evolutivo embrionario mismo: el estadio en el que el feto adquiere la capacidad de experimentar sensaciones tales como el placer y el dolor se inicia recién 18 semanas después de producida la fertilización. Y si, además, ningún invertebrado posee sensibilidad, dado que carece de ciertas estructuras cerebrales que dan lugar al dolor en los vertebrados, el embrión temprano, en ese estadio, nunca llega a sentir sensación alguna. En pocas palabras, dado que los embriones no tienen capacidad cognitiva alguna, no deberían gozar de los beneficios y de las mismas protecciones acordadas a las personas".


Como no tiene capacidad cognitiva, no son personas. No ingresan dentro de este concepto de persona: a) los que tienen demencia senil, b) autismo grave, c) retraso mental grave y d) las personas en estado de coma.

Sigue:

"Y puesto que el embrión carece de sensibilidad y no se le puede causar perjuicio alguno, entonces no posee intereses ni, por lo tanto, derechos".


Aquellos que carecen de sensibilidad, carecen de derechos. O sea que alguien completamente paralizado, que no siente nada, no es persona.

Error 5.

Dice Cohen:

"Incluso cuando se sostenga que la vida tiene un valor sagrado que ha de ser respetado —una sacralidad no necesariamente religiosa, que invita a preservar la vida como se preserva una obra de arte—, lo cierto es que los presuntos derechos de los embriones o las obligaciones hacia ellos entrarían en colisión con los derechos y obligaciones de los progenitores: ¿quiénes, si no ellos, gozan del derecho a la privacidad y a la intimidad que los faculta a no divulgar la información que no desean que sea divulgada?".


Bueno, no sería la primera vez que dos derechos colisionan entre sí. Solo hay que elegir aquel que tenga más valor: el derecho a la vida, o el derecho a la privacidad. Dejo la respuesta en manos del lector.

Con respecto a la información que no quieren ver divulgada... bueno, los evasores de impuestos tampoco quieren ver esa información divulgada. El no querer ver una información divulgada no hace que sea malo hacerlo.

La verdad de la milanesa (mi opinión al respecto).

El concepto de persona dado por Cohen es -como poco- anticuado. No identifica persona con humanidad, como -cabe decir en defensa de la autora- se hizo durante la mayor parte de la historia del mundo.

En Roma, los nacidos que no tenían facultades cognitivas -retrasados mentales- eran arrojados trans tiberem, es decir, eran desechados. En Roma, la personalidad no se identificaba con la humanidad. Había hombres que eran comprados y vendidos como cosas, se los llamaba esclavos.

Lo mismo pasó en EE.UU y en América, con la compra y venta -como ganado- de hombres libres secuestrados de sus tierras de África. Los nazis no consideraban a los que masacraban "sus iguales".

Hoy, creo que la humanidad continúa su avance hacia el pleno reconocimiento de los derechos humanos. Eso no quita que estemos lejos -lejísimos- de alcanzar tan noble objetivo.

Todo ser humano merece los mismos derechos que otro ser humano, porque gozan de una igualdad fundamental de dignidad.

De ese principio parto.

¿Que es un ser humano? Un ente con vida perteneciente a la especie animal que hemos dado en llamar humana. ¿Pertenece un embrión a el género humano? Si, si un exámen determina que su composición genética pertencen a la especie humana. Ergo, ese embrión es un ser humano, y por lo tanto, es persona, sujeto de derechos.

Los análisis que parten de una supuesta disociación entre humanidad / personalidad, parten de la misma base de la que partían quienes sotenían la validez de la esclavitud de los africanos, de los nativos de América... lamentablemente, esta posición admite demasiados etcéteras en la historia del hombre.

Defiendan esa posición, pero por favor, no se llamen humanistas al hacerlo.

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